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2 meses atrás....

Kim Sunoo, un oficinista carismático, guapo, alegre y muy trabajador, todas las mañanas al dirigirse a su lugar de trabajo recibía miradas de todos por su gran belleza y carisma.

La gente amaba la presencia de ese lindo chico, que tenía una hermosa cara, con rasgos andróginos muy finos, linda sonrisa que cautivaba a todos. Y un lindo cuerpo, que era envidiable tanto para hombres y para mujeres, Kim Sunoo era el estándar hablando de belleza y personalidad.

Y el ya estaba acostumbrado a esas miradas, que eran halagadoras para el, siendo miradas que no sobrepasaran los límites del consentimiento. Y a pesar de todo Sunoo tenía los pies sobre la tierra, no era engreído, ni grosero con la gente y eso lo hacía especial.

Se dirigía a su cubículo de trabajo, con ganas de ser pro activo como todos los días y con la intención de mejorar cada día. Al llegar, se encuentra con su vecino de trabajo y su amigo, Yang Jungwon, un chico muy alegre y trabajador, con una belleza radiante.

Antes de que Sunoo entrará a la compañía, muchos se morian por Jungwon, al ser un poco permisivo, muchos le daban detalles, como cartas de amor, chocolates y hasta rosas. Pero al llegar Sunoo todo cambio para el, lo cual para Jungwon no fue algo triste, fue hasta un poco reconfortante para el.

Y Sunoo no recibe detalles, ya que el nunca a demostrado ser una persona que le gusta recibir ese tipos de cortesías. Y no hay persona que se atreva ya que nadie quiere ser rechazado por Sunoo.

Sunoo al ya instalarse en su cubículo, se sentó y esperaba que su computadora se encendiera, escucho a su lado que alguien masticaba algo. Y era su vecino Jungwon.

Sunoo movió su asiento para atrás, para tener una mejor visión de lo que hacía su amigo.

— ¿Que comes Jungwon?

Jungwon se asusto al escuchar a Sunoo, que tiro su sandwich al piso, haciendo que se desparramara todo lo que tenia.

— Madre santa — Jungwon balbuceó aún con comida en la boca.

— No puedes comer, ya que ya es horario laboral, espérate a la hora del almuerzo Jungwon.

— Es que tengo hambre, no alcancé a desayunar.

— Pero de todos modos no puedes, imagínate que alguien de Recursos Humanos te haya visto, tendrías una sanción.

— Mas vale una sanción, que no tener algo en el estómago — Jungwon solto una risita.

— Bueno ya, trae papel y una escoba para limpiar eso.

— Tu limpiarás eso, ¿Entendido? — Jungwon aclaro rápido — Tu eres el culpable.

— ¿Y por que yo, si tú eres el que está comiendo?

— Tu me asustaste, tu eres el culpable, eres como se dice, el autor intelectual.

— Bueno trae lo que te dije, y yo lo limpiaré, ¿Contento Yang?

— No, te perdono si vamos a comer tteokbokki cuando salgamos.

Sunoo no tenía nada que perder si se reunía con su amigo en la noche, así que no habría problema por salir a comer.

— Mmmm buenoo.. — Sunoo suspiro — Vamos pues.

Jungwon al escuchar esto saltó de la alegría, fue por las cosas para limpiar y por la emoción se le olvidó que Sunoo iba a limpiar, y el lo hizo. Es que para que Sunoo acepte una salida, es un caso gravemente extraordinario.

Sunoo al verlo limpiar se rió, y volvió a su trabajo, tenía que entregar un informe muy importante, para su jefe. Era un trabajador modelo, todos los trabajos que el entregaba, el jefe y hasta el presidente de la empresa halagaban el brillante intelecto de Sunoo, que estaba dispuesto a mejorar siempre.

LUJURIA (HEESUN) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora