Cojo el descapotable amarillo de Alice y arranco el motor. Este ruge con fuerza bajo mis manos y con un leve ronroneo sale disparado del garaje acomodandose sobre el asfalto sin dificultad alguna. Enciendo las luces de los faros y poco a poco voy alejandome de Forks. A medida que estoy más lejos voy aumentando la velocidad. Tengo poco tiempo, mucho recorrido que hacer y muy poca paciencia. Pero como tengo que parecer humana np puedo aterrizar volando en medio de una ciudad super transitada. No es bueno para pasar desapercivida. Piso a fondo y el motor ruge con fuerza. El coche sale disparado por la carretera adaptandose comodamente al asfalto y a las tediosas curvas.
Tardando más de lo que me gustaría logro llegar al restaurante en el que tengo mi "cita". Aparco enfretre y salgo cogiendo mi bolso.
-- Señorita, ¿desea que lo aparque? -me dice el empleado.
Sonrio gentil y le tiendo las llaves.
-- Por favor, evite hacerle cualquier rasguño -le pido utilizando mi peculiar don.
Ejercer la hipnosis en la gente no es mi hobby pero en estos casos no me gusta dejar algun cabo suelto. Nadie debe saber que he estado aquí.
-- Por supuesto -dice el muchacho en trance.
Coge las llaves y se monta llevandose lejos el descapotable tan llamativo de la duendecilla vampira. Entro en el establecimiento y miro a mi alrededor buscando una cabellera rubia conocida. Unas manos grandes y fuertes acarician mis hombros y su aroma me embriaga. Me doy la vuelta y me encuentro sus ojos azules con chispas de oro.
-- Estas tremenda esta noche. Debo imaginar que buscas seducirme -dice con una sonrisa insinuante.
Ya se me había olvidado su humor un tanto subido de tono. Tan parecido al de Emmet.
-- Amor, sigue soñando -digo con una sonrisa de lo más falsa.
Su carcajada no se hace esperar.
-- No has cambiado en nada Megara. Bueno, quiza eres un tanto más suave -dice examinandome-. Vayamos a sentarnos. La mesa nos espera.
Agarra mi muñeca y me guía entre las mesas y la multitud de clientes. Cenas romanticas, cenas de negocios... este lugar sirve para todo. Es publico pero a la vez muy intimo. Perfecto para nosotros y para los temas que vamos a tocar. Me lleva a una mesa apartada que da al interior. Mejor, por si nos espian. Este hombre piensa en todo. Me alegra haberle encargado hacer a él la reserva.
Me acomodo en el sofa y dejo a un lado mi diminuto volso en el que solo llevo mi movil, las llaves y una targeta de credito. Mejor no doy detalles de donde llevo el dinero en efectivo. Una pista. Un lugar donde nadie se atreveria a tocar si desea continuar con vida. Claro que si es un suïcida yo no me hago responsable de lo que pase.
Cruzo mis piernas y acomodo la falda del vestido para que no se vea más de lo necesario. La atenta mirada de mi acompañante me persigue en cada gesto que hago. En apenas unos segundos la metre aparece con las cartas en mano.
-- Buenas noches, aquí tienen -dice alargando las cartas-. ¿Ya saben que van a beber? -pregunta.
-- Traiga la carta de vinos, por favor -le pido.
-- Enseguida -se despide.
Examino el menú con rigurosa atencion. Este restaurante es realmente caro para los platos tan diminutos que ponen. Es obvio que es solo de degustación para los paladares más exigentes y estoy segura de que para lo que como me quedaré seguro con hambre. Alzo la vista y miro al hombre sentado delante de mi. Mis ojos viajan des de los suyos hasta su suculento cuello. Su corazón palpitante solo hace que llamarme e incitarme a morderlo. Trago saliva y vuelvo la vista a la carta.
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Holmes "El Angel de la Muerte" [Libro 1]
FanfictionDesde tiempos remotos, los vampiros y licántropos han estado aterrorizando a la humanidad. Los Alas Negras o demonios se encargaban de mantener el mundo sobrenatural oculto. Pero tras la llegada de los Vulturis, los Alas Negras desaparecierón sin de...