Epílogo

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Aparco en la entrada de la casa y me bajo tranquilamente. Cojo mi diminuto bolso y entro sin decir palabra.

-- Vaya, has tenido una noche loca, ¿no? -dice una voz insinuante a mi espalda. Genial el que faltaba.

-- Sí, super -mascullo irónica.

-- Desde luego -contesta Edward apareciendo con una sonrisa muy extraña.

Algo anda mal. Percibo el olor del metamorfo cerca y entonces lo entiendo. El tonto del vampiro lo sabe. Sabe que anoche llegue borracha a casa de Billy y que dormí con Jake. Mierda.

-- Meg, ¿podemos hablar un momento? -pregunta sin darme muchas opciones más que asentir.

Me toma del brazo y sale conmigo a rastras de la casa. Corre a toda velocidad hasta saltar el río y obligarme a ir tras él. Cuando ya estamos en un sitio prudente se vuelve hacia mi algo enfadado.

-- ¿Cómo pudiste? -me pregunta. Le miro sin entender nada. Pone los ojos en blanco y suspira-. Anoche llegaste borracha a la casa de Jacob y...

-- Sí, lo siento. Le mordí. Fue un accidente, no estaba en mis cabales -me excuso.

-- No me refiero a eso -brama-. Me refiero a que lo besaste. Si no llegas a caer inconsciente te hubieras acostado con él. Estuvisteis apunto.

-- Espera, ¿qué? -suelto desconcertada.

-- Lo que oyes. Jake lo ha intentado pero no ha podido alejar esos pensamientos de su mente. Y yo no he podido evitar verlo todo. Ese chico grita demasiado en su mente.

Aún sin poder creerlo me quito uno de mis guantes. No puede ser. Aunque todo encaja. El vestido desgarrado, el hecho de que me ocultara algo cuando le dije que no me acordaba de nada. ¡Oh, dios mío! ¡He estado apunto de acostarme con Jake! Con mi Jake. Tierra tragame.

-- Déjame verlo -digo extendiendo la mano hacía él. No lo creeré hasta que tenga pruebas.

Edward masculla algo entre dientes pero coge mi mano. Las imágenes llegan a mí al instante. Yo besando al metamorfo y agarrando sus manos para que no me apartara. Yo debajo de él acariciando y recorriendo los músculos de sus brazos y la espalda. Jake arrancándome el vestido. El mordisco en su hombro. El quejido del muchacho. Y finalmente, yo cayendo en un sueño profundo con dos hilos de sangre manchando mi boca. Aparto la mano bruscamente y me dejo caer en el suelo. ¿Pero qué he hecho?

-- O dios mío -murmuro.

-- Por suerte para ti, Jacob no está enfadado. De hecho está más que contento -murmura-. Pero piénsalo mejor la próxima vez que te tires sobre él. Recuerda que está imprimado de ti, siempre accedera a tus deseos incluso si le cuesta la vida. Ahora mismo es como si lo hubieras confesado. Si no vas con cuidado podrías hacerle mucho daño.

Alzo la mirada y observo sus ojos dorados.

-- ¿Desde cuándo te importa Jake? -pregunto.

Él se sorprende por mis palabras y con una mano peina su cabello cobrizo hacía atras.

-- Bueno, ahora que no va detrás de Bella no puedo negar que me cae mejor que antes. Es un buen chico -responde quitándole importancia. Le cae bien. Jacob le cae bien a Ed. Eso es fantástico y gracioso-. Solo ten más cuidado la próxima vez. Asegúrate de que esto no es un capricho o le harás sufrir muchísimo.

-- De acuerdo -asiento.

Suspiro pesadamente y me levanto para volver a la casa. Dios, ¿cómo voy a mirarle ahora a lo ojos después de saber lo que pasó anoche?

Aunque pensándolo bien. Tampoco es para tanto. Jake me gusta. Me gusta mucho. Es cariñoso, atento, divertido y muy buena persona. Esas cualidades son difíciles de encontrar en un hombre últimamente. ¿Pero qué estoy diciendo? Es solo un niño. Ni siquiera puedo considerarlo hombre aún. Tierra tragame.

Holmes "El Angel de la Muerte" [Libro 1]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora