Las semanas han ido pasando. Nessie sigue creciendo a un ritmo frenético, todos están muy preocupados. Sé que debería decirles que no tienen de que preocuparse. Que le he garantizado la existencia durante muchos años, pero sigo sin estar segura. Han decidido viajar para intentar buscar respuestas a sus preguntas, yo por mi parte me he limitado a acompañarles en los viajes sin decir nada.
Por otra parte la paz entre las manadas ha vuelto. Las antiguas confrontaciones han acabado y ahora todos se llevan la mar de bien. Me alegra poder volver a pisar La Push, un lugar que es como mi segundo hogar. Para mi sorpresa, Embry y Quil se han unido a la manada de Jake.
-- Vamos Meg, despierta -dice Nessie subiéndose encima mío y saltando en la cama-. Me prometiste que vendrías a cazar con nosotros.
-- Cinco minutos más -digo como una niña pequeña.
-- Mamá, Seth y tío Jake ya están listos. Solo faltas tú -insiste la pequeña.
¡Maldición! Me levanto de un salto y me dirijo al baño. Me lavo la cara y cepillo mi melena hasta dejarla brillante. Al salir veo que Nessie sigue sentada en mi cama. Me quito el pijama y me pongo una camiseta con una sudadera gris por encima. Cojo unos vaqueros y me pongo mis zapatillas. Lista, agarro a la pequeña y bajamos a la velocidad de la luz.
-- ¡Por fin! -dice Seth al verme.
-- La próxima vez no enviéis al pequeño diablillo a despertarme -me quejo en broma-. Nada más entrar a la habitación se me ha tirado encima y ha empezado a saltar en la cama.
-- Ya te está bien, por dormilona -se burla Bella.
Le saco la lengua y se ríe. Suelto a Nessie quien inmediatamente salta a los brazos de su imprimado.
Salimos de la casa y nos dirigimos al bosque. El cielo está nublado y una fina capa de nieve cubre el suelo. Empezamos a correr a toda pastilla. Libero mis sentidos para poder sentir mejor lo que hay a mi alrededor. Mis piernas se mueven a toda velocidad. Puedo ver a la perfección todo lo que me envuelve como si fuera a cámara lenta. Me cruzo con la pequeña Renesmee quien corre al lado de su lobo color arena. Veo a Bella y Jake de refilón. Aprieto el paso y los dejo atrás. Llevo tanto tiempo sin correr de esta manera, lo añoraba. Un olor me llega cuando la dirección del viento cambia. Olor a humano y vampiro. Uno que no conozco. Salgo disparada hacia el origen del olor.
Llego a una zona de escalada. Salto y empiezo a subir la pared sin ningún problema. Veo al vampiro, está a punto de llegar hasta el humano. Me impulso y salto, llego a donde está y atrapo su pie. Tiro de él y le lanzo hacia abajo para alejarle del humano. Salto y le sigo. Aterrizo en medio de los arboles. El vampiro me mira con odio por haber interrumpido su cacería.
-- No le tocarás -le gruño.
Sus ojos rojos están clavado en mí. Mis colmillos se alargan y mis ojos se vuelven de un color carmesí como dos rubíes.
El vampiro se lanza con furia. Lo esquivo y a toda velocidad lo estampo contra un árbol agarrándolo por el cuello. Clavo mis colmillos en su cuello y le arranco la cabeza. Su cuerpo cae sin vida al suelo, lo quemo creando una hoguera. Ha sido muy fácil. Sacudo mi ropa, acomodo mi pelo y vuelvo con los demás.
Paro al llegar a un claro. Ha empezado a nevar de nuevo y los copos helados caen con cuidado sobre el suelo blanco. Uno cae sobre la superficie de mi mano derritiéndose por el calor que emana ésta.
-- Mira -me dice Nessie.
Extiende la mano para que vea un perfecto cristal de hielo.
-- Es precioso -digo con una sonrisa.
La pequeña sonríe y salta para atrapar otro. Observo como ésta juega y me pongo al lado de Bella.
-- Es una niña muy buena -le susurro. Ella sonríe y siente.
Nessie vuelve para enseñarle otro cristal a su madre.
-- Es precioso cariño. Pero, ¿no crees que nos estamos entreteniendo demasiado? -le dice Bella.
La niña sonríe y se aparta. Salta a los brazos de Seth quien la recibe como si estuvieran sincronizados. Pone la manita en su mejilla y entonces se aparta.
-- Está bien, vamos -la pequeña sonríe y comienza a correr-. ¡Eh! Eso es trampa. -grita Seth mientras se comienza a desvestir.
Al llegar a los arbustos se transforma.
Sonrío al ver la escena. A Renesmee no le gusta mucho la sangre animal, por eso se han inventado un juego en el que compiten para ver quien atrapa la presa más grande.
Me siento en la nieve a observar. Jake se acerca y se tumba a mi lado. Nuestra relación se ha suavizado bastante, incluso se podría decir que somos buenos amigos. Al principio costaba pero ahora me he acostumbrado a tenerle cerca.
-- Hola -le saludo.
Recuesta su cabeza en mi regazo. Sonrío. Me quito los guantes y deslizo mis dedos por el hueco entre sus orejas. Jake ronronea mientras me dedico a acariciar su suave pelaje cobrizo.
Alzo la cabeza y veo como Bella a clavado su mirada en la lejanía. Busco que es lo que le ha llamado la atención y veo a Irina a lo lejos. Mira a Bella, luego a mí, pasa por Jake y clava la mirada en Nessie quien acaba de llegar.
Me levanto de golpe. Jake me mira sin entender mi repentina actitud. Bella y yo salimos disparadas para saludar a Irina. Para saber qué está haciendo aquí. En menos de medio segundo ya estoy donde estaba ella. Miro hacia el mar y puedo ver la marca de la caída de Irina. Ha saltado y se ha ido.
Volvemos a casa en silencio. ¿Qué le habrá pasado para salir corriendo de esa manera?
-- Tanya ha dicho que vino para pedir disculpas. Seguramente ver a Jacob y Seth le recordó lo de Lauren y no pudo soportarlo -dice Carlisle. Acaba de llamar a la muchacha.
Miro hacia la ventana, veo como los copos de nieve continúan cayendo. Me gustaría haber podido hablar con ella, consolarla. Yo se lo doloroso que es perder a tu ser más amado.
-- En tal caso, esperemos que se le pase pronto -dice Edward.
Se sienta al lado de Bella y Nessie. La pequeña está profundamente dormida.
Por alguna razón tengo un mal presentimiento, algo va mal.
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Holmes "El Angel de la Muerte" [Libro 1]
FanfictionDesde tiempos remotos, los vampiros y licántropos han estado aterrorizando a la humanidad. Los Alas Negras o demonios se encargaban de mantener el mundo sobrenatural oculto. Pero tras la llegada de los Vulturis, los Alas Negras desaparecierón sin de...