II. Dudas
Cuando Nicolas despertó no quiso abrir los ojos, se negaba a hacerle frente a la realidad y a lo que había visto con anterioridad. Hablaba consigo mismo y trataba convencerse de que todo fue parte de su imaginación. No supo cuánto tiempo gastó despierto con los ojos cerrados; cuando decidió abrirlos, el mismo cuarto y la misma situación que se negaba a creer, pero que en el fondo sabía que era verdad, estaban ahí para darle la bienvenida de nuevo. Se sentó en el borde de la cama mientras se agarraba la cabeza y dirigía su mirada al suelo tratando de comprender.
—No importa, no hay vuelta atrás, tengo que vivir con esto y buscar la manera de volver a casa. —se dijo resignado y con un toque de tristeza.
En ese momento entró Joshua al cuarto, con una botella de ron.
—Vamos al salón, debes tener muchas preguntas y yo estoy dispuesto a responder cualquier cosa. —dijo mientras elevaba su brazo invitándolo a salir.
El salón era bastante amplio y contrastaba con el estilo de la habitación, pues este daba la sensación de una biblioteca, la iluminación en un tono amarillento le otorgaba calidez al entorno. A la izquierda había una pantalla gigante, la cual tenía lecturas de cosas que Nicolas no comprendía. Alrededor de dicha pantalla había mapas, librerías y una barra delataba el minibar que estaba ubicado en una esquina.
A la derecha, el ventanal, que completaba la forma del salón como un hexágono irregular, mostraba y daba el acceso a la zona de control y manejo de la nave. Desde la entrada al salón logró ver una mesa que brillaba por sí sola y más adelante dos asientos, los cuales supuso que serían los puestos de los pilotos.
La razón verdadera por la que Nicolas salió del cuarto fue el ron, pues con todo lo que sucedió sentía que necesitaba unos tragos.
—Entonces, ¿Nicolas?... No, cierto que no te gusta, ¿Taro? Aunque suene raro para mí, o ¿abuelo? —preguntó mientras sonreía y le pasaba un vaso whiskero a la mitad de ron.
—Nicolas, está bien. —dijo mientras recibía el vaso
—Perfecto, no hay problema. ¿Salud? —respondió levantando su vaso.
Nicolas levantó el suyo y ambos chocaron sus copas mientras al unísono dijeron salud. Con un buen sorbo, Nicolas se terminó su ron y sintió que su cuerpo poco a poco se aligeraba. Y con esto, comenzó a preguntarle cosas que creía importantes.
—Gracias por el trago, lo necesitaba. La verdad no sé por dónde empezar... ¿Por qué no recuerdo haber accedido a esto? —inició su ametrallamiento de preguntas—. Aparte, si eres del futuro, cuéntame, ¿qué haces aquí?, ¿qué buscas de mí?, ¿por qué haces todo esto? —dijo mientras dejaba su vaso sobre la barra.
—Ven, sentémonos. Te contaré poco a poco, ya que es una larga historia. —dijo mientras oprimía un botón de su reloj.
En todo el centro del salón emergió del suelo una mesa redonda y con ella 10 sillas rodeándola. El conjunto simulaba estar hecho de madera.
Ambos se sentaron y Nicolas pudo comprobar que eran metálicas, lata pura y dura. Joshua poco a poco empezó a hablar.
—No recuerdas haber accedido a venir, pero debes sentir dentro de ti la satisfacción de estar acá. —dijo mientras movía su índice sobre la pantalla de su reloj.
En el centro de la mesa un holograma hizo presencia, era el momento en que Joshua había preguntado a Nicolas si en serio quería hacer parte de la aventura. La proyección mostró la respuesta de Nicolas y a este se le generó un nudo en la garganta, pues las emociones reprimidas las había dejado salir. No recordaba haber dicho eso, pero en el fondo de su ser tenía la certeza de que todo lo mostrado era real.
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La Aventura que Nunca Viví | [Novela]
Science FictionEn 2019, Nicolas Tamàro, un joven temeroso e inseguro atrapado en la agobiante monotonía de su vida, recibe cartas de Joshua, un enigmático viajero del tiempo del año 2175. Joshua revela conocer cada detalle de la vida de Nicolas y le encomienda una...