Capítulo 5

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Parecía que no despertaría nunca, algo tenía que hacer para hacer que Kim Dan dejara su cama de una vez.

De momento se planteó ir a correr y dejó una alarma programada en su teléfono para ver si así despertaba, le pareció extraño que en su móvil no hubiera claves de acceso ni contraseñas de seguridad, eso sí que era ser estúpido, o muy ingenuo.

Le dejó una nota junto a la ropa limpia y le exigió bañarse porque apestaba, no perdió la oportunidad de hacerle sentir culpable por el desastre en su cama y el mal olor en las sábanas, así que escribió un par de maldiciones para no lucir demasiado amable.

Mientras corría, no paraba de pensar en la humillación que Kim Dan le había hecho pasar; estaba tan caliente y listo para coger que haberse detenido a la mitad, era de las peores ofensas en su vida, eso sin mencionar que de la nada se puso a llorar frente a él para decirle lo que era obvio ¿Cuál era el problema de no haberlo hecho antes? ¡Maldición! Por eso lo estaba preparando ¡Debió esperar un poco más antes de caer inconsciente!

La historia le dio vueltas en la cabeza hasta que regresó a casa y se encontró con la novedad de que Kim Dan estaba dejando su apartamento.

—Jaekyung.

—¿Ya te ibas?

—Yo... lo siento ¿Cómo llegué aquí? ¿Le causé inconvenientes?

—Vuelve adentro— le tomó por el brazo y por poco lo lanza en el sofá para continuar el asunto inconcluso, sin embargo, la molestia no se hizo esperar y notó que él era único con recuerdos de lo acontecido durante la noche. Kim Dan estaba con cara de idiota y parecía perderse en pensamientos absurdos sin que ninguno de estos le hiciera ver lo cerca que estuvieron de hacerlo—. ¿En serio no recuerdas nada?

—Nada después de beberme el vaso enorme.

Masculló entre dientes y le ordenó esperar por él para entrar en la ducha, Kim Dan insistió con irse y tuvo que decirle que prometió a su abuela llevarle a casa. No es que estuviera tratando ser amable, sino que estaba ganando tiempo para ver si ya bien despierto sería capaz de recordar, al menos algo que le hiciera darse cuenta que en el fondo se moría por él y también se ponía caliente de fantasear con su sola presencia.

Los recuerdos no parecieron regresar aun con el correr de los minutos en la ducha y la casi media hora que le llevó estar listo.

¡Iba a matarlo a golpes! Nadie dejaba a Joo Jaekyung con las ganas de ponerla.



—¿Está seguro de querer entrar? — el vecindario lucía más espantoso de día. Lo había visto cuando era todavía muy temprano, o ya por la noche. Las paredes agrietadas, basura fuera de los contenedores comunitarios, todas las casas de diferentes colores y una mezcla rara entre puertas metálicas y de madera, una espantosa apariencia, en conclusión.

—Mejor me voy.

—¡Buenos días! ¿Usted es Joo Jaekyung? — vio a Kim Dan quedarse con las llaves en la mano. Una mujer mayor de apariencia frágil y ojeras bajo los ojos, abrió la puerta para sorprenderles.

—Él es Joo Jaekyung abuela, es el atleta con quien estoy trabajando.

—Por favor pase, el chocolate caliente está listo— él no bebía algo así desde que tenía diez años, era una bebida azucarada que nada aportaba a su organismo, pero bueno, la anciana parecía haberle estado esperando por lo acordado en su llamada y se esforzó por demostrar su falsa amabilidad.

—Gracias, le aceptaré un poco— entraron, la puerta metálica se cerró a sus espaldas con un rechinido como en esas películas de terror. Junto a él se sentó Kim Dan quien le ofreció un cojín para acomodarse en el piso. La mujer le dio un vaso plástico y lo tomó con dudas de que fuese buena idea usar algo como eso ¿Estaría limpio? Porque es que en aquella fealdad y ambiente húmedo no había forma de saber si las cosas que tocaba estarían limpias—. Es delicioso— mintió. La verdad es que estaba muy dulce y se había quemado la lengua, vio a Kim Dan soplando en el vaso y le ofreció intercambiar pues había logrado una temperatura más aceptable.

¿Y si fuera cierto? (Jinx)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora