Capítulo 17

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Quizá el hecho de sincerarse con esa mujer en la sesión del día era lo más parecido a lo que otros describirían como un lavado de cerebro. Todavía no era capaz de adaptarse a esa clase de sentimiento en el que le dominaba el impulso por decir lo que pensaba en voz alta.

Básicamente había admitido su atracción e interés por Kim Dan frente a la terapeuta y había ido directo hacia él para confesarse en una especie de extensión de la terapia.

Vaya basura ¿Por qué se sentía así?

No soportaba la idea de estar junto él, poder mirarlo y contener las ganas que tenía de tocarlo.

Aquel momento en la intimidad del vestidor, parecía de ensueño. Kim Dan, obstinado como la mayor parte del tiempo, no dejaba de decir que prefería irse, que no necesitaba tener más deudas con él y que esa ropa no le quedaba en lo absoluto, menos mal que las empleadas entraban cada tanto con camisas nuevas y relajaban el ambiente, así Jaekyung sentía que podía sonreír y le empujaba dentro el cubículo para que se cambiara de ropa.

A él, le gustaba como se veía con cada cosa que las empleadas creían que le venía bien. Cualquier cosa era mejor que esa estúpida ropa holgada que ocultaba su cuerpo.

Maldita sea. El calor le abrumaba, miró en dirección a la puerta y sin pensarlo dos veces le colocó el seguro.

Entre tanto, tenían tres potenciales cambios de ropa que llevarían con ellos esa tarde y el personal de la tienda sólo esperaba que Kim Dan terminara de cambiarse para empaquetar la compra.

—¿Qué hace aquí? — Kim Dan tembló entre sus brazos, Jaekyung le quitó la ropa, su ropa con la que estaba a punto de vestirse y la lanzó al suelo. Le abrazó por la espalda, le dio un beso en el hombro e intercambiaron miradas en el espejo que tenían frente a ellos—. Jaekyung...— el momento preciso en el que Kim Dan cerró los ojos y ladeo la cabeza mientras aferraba sus manos en la piel de sus brazos, le pareció todavía más tentador.

¿A caso tenía idea de cuánto le gustaba tener acceso a esos indicios de su cuerpo? Estimulaba su deseo con sólo suspirar y poco a poco la idea de poseer una fantasía se desvanecía para dar paso a la realidad.

Le atrapó con un beso. No sabía si era un experto en el arte de la seducción, pero estaba dispuesto a intentarlo todo.

Kim Dan pareció corresponder y el chasquido sordo en la separación de sus labios les hizo mirarse con intensidad.

Se volvía débil y emotivo, el calor empeoraba.

Sus dedos se hundieron entre los pantalones y la ropa interior de Kim Dan, los deslizó lenta y dolorosamente hasta que le tuvo expuesto ante él.

La piel de Kim Dan se erizó por todas partes y Jaekyung se arrodilló, frotó sus muslos tratando de abrirle las piernas y ante aquella reticencia levantó el rostro para mirarlo.

—¿Qué pasa?

—Es... vergonzoso— y sin embargo se estaba dejando llevar. Dejaba que lo tocara, temblaba y se ruborizaba dándole a entender que podía continuar. Tal parecía que su mente y su cuerpo estaban en una desconexión absoluta.

Le abrió las piernas, Kim Dan gimió más alto y su erección se alzó frente a él.

—Te deseo...— susurró con humedad resbalosa por todas partes. Tocó y frotó con movimientos lentos.

Se olvidó de las manos y abrió la boca, trazó un camino con la punta de la lengua y probó.

Kim Dan ahogó sus sonidos cubriéndose la boca, él se sumergió en la tarea de chupar y sus dedos enterrándose en ese trasero para mantenerle cerca. Le dio placer con la boca, tanto como podía. Luciendo como un hombre hambriento e imaginó esas noches de ducha helada en las que se vino ante el deseo de algo como eso.

¿Y si fuera cierto? (Jinx)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora