Capítulo 14

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Se sobresaltó al despertar, no recordaba el momento exacto en el que se quedó dormido y ya que acostumbraba a pasar la noche viendo vídeos de sus potenciales oponentes, o escuchando lo que decían sobre él, no pensó que dormiría hasta el amanecer.

El olor de Kim Dan se había impregnado en las sábanas y pensó en él y en su estúpida aparición en el gimnasio. Pensó también en las últimas semanas y en el cómo invirtió tanto tiempo en los recuerdos que involucraban a Kim Dan.

Se sentó en cuclillas con la cabeza oculta entre las rodillas y se abrazó a sus propias piernas para respirar de nuevo, la noche anterior había hecho un montón de estupideces, incluidas claro, la de forzar a Kim Dan a tener sexo con él.

No percibió que le estuviera rechazando, pero se dio cuenta que no estaba mentalmente presente en los besos que se daban, más bien era como buscar en el sexo una sensación de alivio que al final no encontraría.

El acoso de la prensa, los rumores en internet, el acoso de los fans en sus redes sociales y las mentiras de esos réferis de mierda estaban teniendo repercusiones en su mentalidad, su concentración y su capacidad para ignorar todo, como trataba de hacer.

Los ruidos provenientes desde el piso de abajo, le hicieron darse cuenta que Kim Dan seguía en su casa. Dejó la cama para moverse hasta ese mismo punto y le encontró en la cocina. Kim Dan buscaba en todas las puertillas y sacaba cosas del refrigerador.

Miró sus hombros, su cuello y abrió bien los ojos notando una diminuta mordida que le dejó en la oreja. Se frotó las sienes arrepentido por semejante tontería y suspiró.

—Jaekyung— descubierto. Kim Dan servía un plato para él y otro para sí mismo.

¿Por qué se tomaba tantas atribuciones?

Los platos fueron dispuestos en la barrita de la cocina y Kim Dan luchó por sentarse en el banco alto, los pies le colgaban y mierda... ese era de nuevo él prestando atención a cada maldito detalle.

—Coma, no tiene veneno y no sabe mal— no respondió nada, estaba demasiado ocupado mientras lo miraba comer.

Kim Dan parecía ser el mismo de siempre, no parecía molesto por lo ocurrido en la noche y la verdad era que le desesperaba un poco, hubiera preferido iniciar alguna clase de discusión y que se quejara por su agresividad.

Empezó a desayunar, todo estaba... ¿Extremadamente delicioso?

Sus ojos se abrieron de par en par y apartó la mirada con intenciones de fingir que era una comida más, como cualquier otra.

—No era necesario que cocinaras, debiste irte a casa— recupera tu postura, trátalo como tratas a todos los demás, deja de ser imbécil. Sus voces internas eran más ruidosas esa mañana.

Kim Dan bebió jugo de naranja y suspiró.

—Que injusto es. Tenía hambre, debería ser agradecido, cociné para los dos.

—Nadie te lo pidió Kim Dan.

—Es imposible hablar con usted— lo vio desilusionarse. Kim Dan abandonó el lugar a su lado y botó lo que le quedaba de comida en el lugar de los orgánicos. Después lavó su plato, su vaso y se quitó el mandil que había tomado prestado. Lo encaró, se puso frente a él y le dedicó una mirada inquisitiva—. Hola buenos días ¿Qué tal está Jaekyung? ¿Se siente mejor que anoche? ¿Por qué decidió revelarme lo de su hermana y su madre? ¿Ocurre algo con ellas? ¿Qué le parece si hacemos un plan de pago para organizar bien la deuda que tengo con usted? ¿Cómo se siente con todo lo que ha pasado? ¿Cree que puedo ayudar con algo? Ha sido increíble poder verlo después de semanas que desapareció, le agradezco su interés por mí. ¡Eso es todo! Que tenga buen día y nos vemos en el gimnasio.

¿Y si fuera cierto? (Jinx)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora