Capítulo 16

1K 143 85
                                    

—Hijo, dale la mano. Él es Moon Jieung.

—Hola campeón— y aunque no quería hacerlo, lo hizo. Estrechó su mano con la de ese hombre que a sus escasos seis años no le inspiraba confianza.

Por aquella época, Jaekyung solía estudiar en una escuela primaria del turno vespertino, por las mañanas ayudaba a su madre a limpiar pescado en uno de los tantos puestos que había en el mercado. Le gustaba esa vida, era aventurero y se llevaba bien con los niños.

Los hijos de otras mujeres al igual que él, hablaban siempre de sus padres y hacían referencias absurdas de ellos como lo más increíble que podían tener.

Él no tenía papá, o bueno, quizá si lo tenía, pero desconocía su paradero y su madre no hablaba mucho de él.

Pese a ser pequeño, las interrogantes no le dejaban tranquilo y sin darle importancia a su insistencia, su mamá terminaba por decir "Tu padre es un hombre que no quiso estar con nosotros" y ahí terminó su lucha por saber más sobre el hombre que había dejado los espermatozoides para participar en su nacimiento.

Moon Jieung era todo un caballero adinerado, pronto se casó con su madre y les llevó a vivir a una lujosa casa donde había piscina y un jardín que siempre tenía empleados que se encargaban del cuidado de las flores y todo eso.

A él le fue asignada una linda habitación que superaba en tamaño a su antigua casa y los días del trabajo en el mercado quedaron atrás donde ahora sólo parecían ser parte de los mejores recuerdos de su infancia, con el adiós a la vida "complicada" y el ingreso a la vida "privilegiada" su padrastro asumió todas las responsabilidades que llevaba consigo el hecho de tomar por esposa a una mujer con un hijo.

La verdad es que no podía quejarse, los primeros dos años gozó de cosas que no sabía que existían, los días variaban entre lo aburrido y lo interesante sin que pudiera ser consciente de todos los detalles que se comenzaban a entretejer en el vínculo familiar.

—¿Sigues molesto? — preguntó su madre acariciando la mano de su esposo y el la apartó.

Luego de dos años en el intento por tener un hijo con su nuevo esposo, ella no conseguía quedar embarazada y el señor Moon no parecía ser el mismo de siempre. Estaba molesto con Jaekyung quien con ocho años no llegaba a entender porque el cambio repentino.

—No quiero hablar ahora— respondía él y la brecha entre hijastro y padrastro se hacía cada vez más grande hasta que finalmente dos años después, juntos se sometieron a un tratamiento de fertilidad y consiguieron tener una pequeña niña, una pequeña bola de piel rosada que cerraba los ojos mientras alguien le hablaba.

—Es linda— mencionó Jaekyung en el hospital, cerca de su madre.

—Será mejor que te apartes, podrías pasarle alguna enfermedad— el señor Moon lo empujó sin que antes fuese capaz de acariciar el rostro del nuevo miembro de la familia, quizá por ese entonces, su mamá no se dio cuenta lo que le había dolido aquello porque estaba tan feliz con su pequeña en brazos, que, aunque quisiera no habría podido darse cuenta de lo fuerte que ese hombre le apartó.

Era un chico de diez años ¿Qué habría podido decir entonces?



Pasó los siguientes años de pubertad rodeándose de amistades fugaces y aprendiendo cosas donde no debía; fumaba a escondidas cuando salía de la escuela, veía pornografía tratando de hallarle esa emoción que sus conocidos decían que eso les provocaba, leía comics y se entretenía con los vídeos de las artes marciales mixtas que repuntaban en popularidad por esos años.

¿Y si fuera cierto? (Jinx)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora