Capítulo 22

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Jaekyung se estremeció cuando Kim Dan lo abrazó con inseguridad, deslizando sus manos alrededor de su espalda con una torpeza típica de él. Inspiró hondo y cuando ya estaba a punto de separarse y poner distancia entre los dos, lo retuvo con fuerza, pegándolo a su torso. Algo indescriptible se apoderó de él y todo lo que podía pensar era que quería mantener ese cuerpo junto al suyo, algo que no sentía desde que era un mocoso de preparatoria, esa especie de anhelo inalcanzable que resultaba reconfortante.

Hundió la cabeza en el hueco de su cuello y cerró los ojos mientras intentaba memorizar ese aroma tan familiar que desprendía su piel. Quería besarlo ahí mismo, quería...

—Jaekyung...

—¿Mh?

—Debo irme, todos están abordando— Kim Dan tembló junto a su cuerpo y aunque fue muy complicado pudo soltarle y mirar hacia atrás donde la abuela y Namwook parecían haber entendido que necesitaban un poco despacio.

Jaekyung carraspeó y miró el último segundo en el que sus dedos se entrelazaron antes de apartarse definitivamente.

—Buen viaje. Ya vete.

Kim Dan asintió y agitó la mano para despedirse de su abuela y de Park Namwook.

El ambiente silencioso de camino a la casa de la abuela era agobiante pues sentía las miradas de dos personas puestas sobre él. La tensión y la incomodidad no disminuyeron cuando la dejaron a ella en casa pues al llegar al gimnasio, su hyung no tardó en abordarlo en los vestidores.

—¿Está pasando algo entre Kim Dan y tú? — Jaekyung inspeccionó como siempre sus alrededores, tensó los hombros para después relajarlos y hacer tiempo mientras se vendaba las manos.

—Nada ¿Por qué lo preguntas?

—Le escena de hace un momento en el aeropuerto. Parecías desesperado porque se quedara contigo, pensé que ibas a besarlo o algo por el estilo. ¿Qué hay entre ustedes dos?

—No hay nada hyung. Yo... ¡Siempre la cago cuando se trata de él! ¿Satisfecho? No pierdo oportunidad para hacerle ver sus errores, le grito estupideces y dejo salir lo peor de mi cuando todo lo que trata de hacer es acercarse ¿Por qué Kim Dan querría estar con alguien como yo? Soy una mierda, estoy roto. Odio casi todo de mí. Cometo error tras error y...— Park Namwook pareció entender que no era el momento para seguir en eso. Le apretó los hombros con fuerza y le miró a los ojos.

—Te prohíbo ser tan duro contigo. Está bien si no quieres contarme ahora, esperaré hasta que te sientas listo para decirme lo que está pasando. Siento haber preguntado— lo soltó y le observó desde la puerta—. Eres fuerte, el más fuerte.

Jaekyung suspiró y se acomodó en uno de los asientos para apoyarse en sus propias rodillas, necesitaba una de esas sesiones de práctica con la respiración, un poco de tiempo para pensar en lo que le pasaba y en lo insoportable que sería tener que pasar dos semanas sin ver a Kim Dan por ahí.

Desde el día que se reunió con el investigador y supo todo lo que había pasado Kim Dan hasta el día en que llegó a su gimnasio y se arrodillo frente a él. Había pasado por un poco de todo; golpizas, despidos, desacreditación, odio injustificado, endeudamientos, accidentes en moto, dos hospitalizaciones por desnutrición ¡¿Era en serio?! ¿Cómo podía preocuparse por todo el mundo cuando claramente necesitaba centrarse en sí mismo?

Él no era de los de sentirse culpable, pero desde que lo supo todo sin más secretos por descubrir, una roca imaginaria de culpa se interpuso en su camino para aceptar más de sus cuidados. Claro que no merecía llamarlo, por supuesto que no tenía más pretextos para decirle que lo quería en su casa, incluso una disculpa por lo dicho en su último encontronazo sonaría falsa e innecesaria.

¿Y si fuera cierto? (Jinx)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora