Capítulo 18

977 148 32
                                    

—Hoy es mi cumpleaños. Para mí es un día como cualquier otro, nunca he hecho nada por celebrarlo y me aseguro de lucir disgustado ante la faramalla que la gente suele hacer a mi alrededor. A mi llegada al gimnasio esta mañana era todo un reguero de obsequios enviados por fans, notas de afecto y cajas llenas de cosas que sé que no necesito. No me emociona, no quiero nada de eso y aun así las personas de mi equipo me arrojaron confeti en la cabeza y cantaron una ridícula canción con pastel en manos. No soy un amante del pastel, así que bueno empecé a gritarle a todos que volvieran a entrenar y que se olvidaran de esa mierda y todo eso... Ah, no lo sé— Jaekyung pensó que la descripción de eventos podía ser algo imprecisa, pero es que no recordaba todo con exactitud y ya habían pasado horas desde que se ganó las expresiones de desilusión y Park Namwook procedió a ubicar los regalos de los fans en una zona menos estorbosa.

Esa no era la clase de conversación que deseaba mantener con la terapeuta, pero ella le explicó que estaba más evasivo que otros días y poco a poco le fue envolviendo con su palabrería hasta que consiguió acorralarlo en qué era eso que tanto le molestaba.

Jaekyung se creía a sí mismo un indiferente de las reacciones de otros, pero a lo mejor ese día se sentía... ¿Culpable?

Mierda, no sabía ni por qué, esa terapia le volvía débil.

¡Y para colmo...! Kim Dan ¿Cómo hacía para sacarlo de su mente?

Esa mañana Kim Dan se unió al canto de los otros y en la intimidad de la sala de masajes le sorprendió con una pequeña caja de la que extrajo una cajita musical, él le miró con mala cara a punto de echarse a reír y Kim Dan le explicó que fue toda una odisea enviar esa cajita a un taller de modificaciones. Debido a que él no hacía nada por explorar con ella, Kim Dan la abrió con sus propias manos y de ella salió un pequeño boxeador que hacía movimientos estúpidos con los puños y cuando le dabas cuerda sonaba la canción más emblemática de la película de Rocky.

Le dieron ganas de estampársela en la cabeza, era un regalo tan absurdo que lo volvió a meter en su caja y se le escapó un "No necesito regalos tan estúpidos"

Maldita sea, ahora se arrepentía o algo así porque no paraba de pensar en su expresión desilusionada y en como él mismo tuvo que salir de la habitación para no tener que mirarlo.

—Jaekyung, es importante que reconozca su red de apoyo. Entiendo que no le gusten los obsequios, ni las celebraciones, pero podría intentar ser más asertivo al rechazar las buenas intenciones de los demás. Siempre hay formas de decir las cosas con más respeto, incluso si es para rechazar algo. Valido sus sentimientos, pero es hora de que usted les de validez. ¿Cómo se siente de haber rechazado el afecto de otros?

—Me siento extraño. Culpable, no lo sé.

—¿Qué cree que podría hacer para remediar la situación? La mente es compleja, pero tiene bien claro que no desea experimentar incomodidad.

—No lo sé ¿Disculparme? — la terapeuta le miró con una sonrisita y tomó notas, parecía complacida de oírle decir eso y él se limitó a negar con la cabeza.

Lanzó un suspiro al aire y decidió que era momento de dar un giro a la sesión. Apoyó los codos sobre sus rodillas y entrelazó los dedos.

—Me gustaría hablarle sobre otra cosa.

Si, ya lo sabía. Ella debía estar pensando que sólo le daba largas al tema que debían tratar, esa mujer le había propuesto centrarse más en las heridas emocionales o algo así, pero ese otro tema, le resultaba de mayor relevancia en el momento y estaba pagando por el servicio, lo mínimo que se merecía era la libertad para hablar sobre lo que le diera la gana.

¿Y si fuera cierto? (Jinx)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora