Capítulo 2

1.3K 113 2
                                    

Lisa Manobal es el Santo Grial. Eso es lo que Chae Rin me había dicho aquella noche, justo después de: «Caramba, Jennie, qué sexy estás».

Creo que esperaba que me ruborizara, sonriera y le diera las gracias por sus amables palabras, pero como no lo hice, carraspeó y fue al grano.

Supongo que sabes quién es Manobal, ¿no?

Ya has visto mi currículo —le recordé—. ¿Te has olvidado de la beca?

Durante cuatro de los cinco años que pasé en la Universidad de Texas tuve la suerte de ser la beneficiaria de una de las becas de ''Manobal International'', y cada semestre ese dinero marcó la diferencia entre el todo y la nada. De todas maneras, con beca o sin ella, hay que ser de otro planeta para no conocer a la individua en cuestión. A sus treinta años, la solitaria campeona de tenis ha reunido los millones ganados en premios y patrocinios y se ha reinventado a sí misma. Su fama de tenista no ha tardado en quedar eclipsada por su nueva faceta de emprendedora. El vasto imperio de Manobal genera millones todos los años.

Claro, claro —contestó Chae Rin, distraída—. Bueno, el martes el Equipo Abril hará su presentación ante ''Manobal Applied Technology''.

En S-Lee, todos los equipos de producto llevan el nombre de un mes. No obstante, y a pesar de que tiene veintitrés empleados, la empresa todavía no ha echado mano de los meses de otoño e invierno.

Eso es fantástico —le dije de corazón.

Tanto los inventores como los desarrolladores de software y los propietarios de nuevos negocios están dispuestos a todo con tal de lograr una entrevista con Lisa Manobal. El hecho de que Chae Rin hubiera conseguido semejante cita era la prueba definitiva de que mis esfuerzos por conseguir el trabajo habían valido la pena.

Es increíble —ratificó Chae Rin—. Vamos a enseñarle la versión beta del software de entrenamiento en 3D. Sam y Mike vendrán conmigo — añadió.

Se refería a los dos especialistas de software que habían escrito la mayor parte del código del producto. Si tenía en cuenta sus aplicaciones a todo lo relacionado con el deporte y el interés de ''Manobal Applied Technology'' en la medicina deportiva y el entrenamiento, no me quedaba más remedio que reconocer que Chae Rin se disponía a lanzar otro producto ganador.

Quiero que nos acompañes a la reunión —me dijo, y logré evitar el ridículo que hubiera supuesto alzar el puño en señal de victoria—. Tenemos concertada una entrevista con Preston Rhodes. ¿Sabes quién es?

No.

Claro, nadie lo sabe porque Preston Rhodes es un don nadie.

Así que después de todo Chae Rin no había conseguido un encuentro con Manobal. No obstante yo tenía la sensación de saber adónde nos llevaba nuestra charla.

A ver, Jennie, una adivinanza: ¿cómo se las arregla una genio en alza como yo para conseguir una cita en persona con un pez gordo como Lisa Manobal?

Haciendo contactos —contesté.

No había sido una estudiante de matrículas de honor por nada.

Y para eso precisamente te he contratado —dijo mientras se daba golpecitos en la sien y sus ojos recorrían mi vestido hasta detenerse en el escote.

Al menos no fue tan grosera como para decir abiertamente que confiaba en que esa noche sería mi escote —y no su producto— el que lograría interesar a Manobal lo suficiente para que asistiera personalmente a la reunión, dado que su homosexualidad era un tema que todo el mundo conocía. Con sinceridad, yo no creía que mis chicas estuvieran a la altura: soy atractiva, pero mi belleza es más del tipo «chica de la puerta de al lado», la clásica novia de Norteamérica. Además, me consta que a Manobal le gustan las supermodelos de pasarela.

Union Ties | Jenlisa G!PDonde viven las historias. Descúbrelo ahora