Selene estaba paseando por el bosque, en el área delimitada por Castiel. El temor que la había invadido poco tiempo atrás ahora se esfumaba, mientras movía en el aire el cuchillo que el lobo le había dado.
Era precioso, rustico y simple, pero precioso de igual manera. Sin joyas ni fino metal que lo decorara. Tan diferente a los cuchillos que ella estaba habituada.
>>Tan extraño como el propio Castiel y su mirada petrificante<< pensó la cazadora, y al instante, aquel recuerdo hizo que su piel se volviera de fuego ante el abrazador calor de ese pensamiento.
Castiel era peligroso, cruel y despiadado. El al igual que Dimitri y el resto de personas que habitaban el castillo eran sus enemigos naturales. Ella debía acabar con todos y cada uno de ellos, no podía cometer el tonto error de caer ante los encantos de ese idiota.
Tenia que aprender a bloquear la habilidad de Castiel, de lo contrario, tendría un gran problema a la vista.
—Hola, cariño—dijo una gentil y dulce voz a sus espaldas.
Al instante, Selene se volvió aterrada y sorprendida, encontrándose a una dulce anciana allí de pie, observándola con cuerpo tembloroso.
—Señora, ¿Qué hace aquí? Usted no debería...
—Mi nieto, perdí a mi nieto—continuó hablando con tono suplicante la anciana, mientras su débil y arrugado cuerpo temblaba bajo el frio viento del bosque—. Un segundo estaba junto a mi y al siguiente se había escapado... lo vi correr hacia el bosque y lo seguí.
—Descuide señora, le ayudare a buscarlo—respondió Selene sin inmutarse, cambiando su actitud de presa a rastreadora. Sin lugar a dudas eso se le daba mucho mejor.
La anciana sonrió ampliamente, sus ojos azules brillantes ante las luces del moribundo sol.
—Gracias, cariño... eres mi salvadora—dijo la anciana—. Ven, sígueme, lo vi irse por este camino...
La anciana comenzó a moverse, y Selene debió caminar a gran velocidad para intentar seguirle el ritmo a la mujer. Su cuerpo menudo y débil escondía muy bien la fatiga de sus años, mientras se desplazaba con gran agilidad entre los árboles.
Selene hizo un par de metros, preocupada por el pequeño niño perdido en el bosque, hasta que un pensamiento casi instintivo la ataco.
>>Come pieles<< aquellas criaturas no comían literalmente la piel de sus víctimas, sino que...
La cazadora se detuvo de manera abrupta, tragando duro, mientras las instrucciones de su entrenamiento la abordaban.
Los come pieles utilizaban la piel de sus victimas igual que trajes, para atraer una nueva.
—Señora...—dijo Selene deteniéndose, mientras sus ojos verdes se clavaban en la diminuta figura ante ella. Si estaba en lo correcto, no importaba su tamaño visual, aquella anciana era una criatura peligrosa—, ¿Cuál es el nombre de su nieto?
>>No son capaces de imaginar<< recordó la cazadora, mientras preparaba el cuchillo.
Aquellas criaturas, vivían de la apariencia, de lo visual, pero no eran capaces de crear algo propio, de imaginar. Eso les era imposible.
La anciana se quedo petrificada, mientras se volvía hacia la cazadora.
—Cariño, debes ayudarme a encontrar a mi nieto, se perdió en el bosque. Un segundo estaba a mi lado y al siguiente...—Selene trago duro, aquello era el eco de las ultimas palabras que la anciana le había dicho a la criatura que ahora utilizaba su piel como disfraz.
Pero no hubo lugar para el lamento, no cuando en menos de un segundo, la piel de la anciana se desgarro igual que tela vieja y reseca, emergiendo desde su interior, igual que una mariposa de su capullo, una criatura enorme de piel gris oscuro.
Selene contuvo la respiración, mientras se preparaba para atacar. Sin embargo, la criatura no dio lugar a eso. Antes de que ella siquiera pudiera pensar, aquel ser salto hacia ella, con las fauces abiertas enseñando la incontable cantidad de dientes a su disposición, preparados para devorarla.
Aun así, no fueron los dientes los que llegaron a su encuentro, sino las enormes garras venenosas que rasgaron su hombro.
La cazadora grito, sintiendo como el veneno se deslizaba de manera lenta y tortuosa a través de su piel.
Ella sabía con certeza que, si las instrucciones de su entrenamiento no estaban equivocadas, tenia algunos minutos antes de que el veneno la pusiera a dormir, dejándola a merced de aquella criatura.
Selene empuño el cuchillo con gran fuerza, dejando a un lado el dolor y todos los pensamientos que la abrumaban.
—Ahora veras porque soy la mejor cazadora de todos los tiempos, perra—siseo con mirada desafiante la cazadora, antes de arrojarse contra la criatura.
Los años de entrenamiento sumados a la autoexigencia y disciplina de su entrenamiento, no le habían conseguido el honor de ser la mejor solo porque sí.
Selene permitió que la criatura se acercara nuevamente a ella lo suficiente como para enterrar el cuchillo una vez en su costado. La segunda vez fue entre sus costillas a la altura del corazón, y la última, la que le dio muerte, fue un corte limpio a través de su garganta.
Cuando finalizo, la criatura no había tenido una sola oportunidad real contra Selene.
>—En otra vida, quizás, tengas una mínima oportunidad—se burlo la cazadora, al cuerpo inerte y rígido, desplomado en el suelo.
—¡Selene! —llamo Dimitri. Una mezcla de sorpresa, confusión y temor bailando en su voz.
La cazadora se dio la vuelta, encontrándose de pie a unos metros de ella a Castiel y Dimitri, ambos con las bocas medio abiertas y sus miradas clavadas en ella, en la criatura a sus pies y en el cuchillo que ahora sostenía entre sus manos.
—Tranquilos, ya dejo el cuchillo...—comenzó a decir Selene mientras alzaba las manos arrojando el cuchillo al suelo.
Sin embargo, su mirada comenzó a tornarse borrosa, mientras ella distinguía los síntomas del veneno.
>—¡Mierda! —fue lo último que alcanzo a gruñir, antes de desplomarse. Quedándose inconsciente al instante.
o o o o o o o o o o o o o o o o o o
Dimitri:
—No era mi intención, lo juro, Dimitri—hablaba Castiel corriendo detrás suyo.
Pero Dimitri no lo escucho, ni siquiera detuvo su avance avasallador. En sus brazos, llevaba inconsciente a Selene, tan fría que parecía muerta.
El rey de los licántropos deseaba mas que nada en el mundo matar a su hermano, pero tenia otra cosa que hacer, algo mucho mas importante, cuidar de Selene.
—Si no cierras la maldita boca, te la cerrare de un puñetazo, Castiel—gruño Dimitri, y todas las personas cercanas a el en el castillo se apartaron aterrorizados.
De manera prudente, Castiel se quedo quieto, petrificado en su lugar, mientras tragaba duro. No por miedo a su hermano, sino por la culpa de lo que le había ocurrido a Selene.
Dimitri avanzo por el castillo a gran velocidad, no demoro demasiado en llegar a su ala del castillo e ingresar a su recamara.
Con delicadeza, el recostó a la cazadora en su lado de la cama, para luego quitarle las botas y cubrirla con una manta pesada.
—De ahora en más, esta será tu habitación, conejita, compartiremos la cama—dijo Dimitri observándola con rostro preocupado, mientras apartaba unos mechones de su cabello con delicadeza—. Descansa, compañera.
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Esclava del Alfa
WerewolfDimitri es el Alfa mas poderoso de todos. Rodeado de enemigos, desea con desesperación encontrar a su compañera ya que solo estará dispuesto a confiar en ella. Selene es la mejor cazadora y asesina de todos los tiempos, ella fue enviada a cobrarse l...