Un par de brazos fuertes se posaron sobre los hombros de Selene, mientras una abrumadora sensación de calor se imponía sobre todo su torso.
—¡Abre los ojos! —ordeno con firmeza una voz. Una que no se parecía en lo absoluto a la de la criatura que se le había abalanzado.
De manera obediente, la cazadora abrió los ojos mientras se sentaba en la cama en un solo movimiento; a su alrededor, la oscuridad aun reinaba en la habitación, la noche era dueña del mundo.
Ante aquel pensamiento, el estómago de ella se revolvió.
>—Respira, Selene—volvió a decir Dimitri, con su mirada azul clavada en ella, mientras deslizaba su mano hacia la espalda de ella con suaves movimientos circulares—. Era un sueño, solo eso.
La cazadora respiro, exhalando profundamente, liberando el aire que parecía sofocar sus pulmones. Sin embargo, cuando deslizo una mirada hacia su pierna, el horror volvió a ser parte de su ser.
—Por favor, Dimitri, dime que fuiste tu—suplico ella, mientras observaba la sangre que desprendían unas cortadas diagonales en su pierna. Unos rasguños apenas, casi imperceptibles... pero ella era consciente de que horas atrás no los tenía.
El lobo siguió el sentido de su mirada, antes de que el asombro se instaurara en su ser.
—No fui yo, Selene... fuiste tu—hablo lentamente el, mientras su mirada se clavaba en las uñas ensangrentadas de ella.
Sintiendo como las náuseas volvían a apoderarse de todo su ser, la cazadora se incorporó a gran velocidad, saliendo de la cama y corriendo al cuarto de baño, antes de vaciar su estómago entero en la taza del inodoro.
Los pasos veloces de Dimitri no tardaron en llegar hasta ella.
—Vete—pidió ella, cuando el rey se arrodillo junto a ella.
—Puedes insultarme e intentar apartarme todo lo que desees, pero no está en mis planes hacerlo. Me voy a quedar junto a ti, Selene—el tono de Dimitri fue sólido y decisivo, mientras recogía el cabello de la cazadora en una coleta alta.
Selene permaneció con la cabeza en el retrete, exhalando hasta el último contenido de su estómago.
Dimitri no se apartó un solo instante, él se quedó junto a ella, sujetando su cabello mientras acariciaba su espalda con amplios círculos. No lo hizo preguntas ni intento indagar sobre su sueño.
El simplemente se quedó allí, y para cuando el agotamiento se apodero nuevamente del cuerpo de Selene, reclamándola en sueño, Dimitri la sostuvo entre sus brazos, llevándola de nuevo a la cama junto a él. Abrazándola hasta quedarse profundamente dormido.
o o o o o o
Cuando Selene volvió a abrir los ojos, el sol ya se alzaba en el cielo y el espacio en la cama junto a ella estaba vacío. Dimitri ya se había ido.
>>Mejor<< pensó la cazadora, mientras salía de la cama, preparándose para enfrentar aquel día.
Lo último que deseaba era la mirada colmada de lastima de Dimitri. No, tenía suficiente con autocompadecerse de su propia miseria.
En ese preciso instante, lo que Selene necesitaba era alguien que la desafiara, que la viera como un digno rival. Y sabía perfectamente donde encontrarlo.
—No sabía que los cazadores eran tan holgazanes—canturreo Castiel varios minutos más tarde, en el corredor principal del castillo, cuando finalmente se encontró con Selene.
—Nos gusta tomarnos nuestro tiempo antes de hacer una entrada triunfal—respondió ella alzando los hombros con simpleza.
Castiel le lanzo una mirada colmada de arrogancia, mientras sus labios se alzaban en una sonrisa socarrona.
—Te ves como si una multitud de wendigos hubieran pasado por encima de ti... yo no diría que esto es una entrada triunfal.
—Es verdad, para que fuera una entrada triunfal debería estar cargando tu cabeza en una bandeja de plata.
Las cejas del hibrido se alzaron en lo alto, ante la sorpresa de aquel desafío. Una carcajada natural y profunda surgió del centro de su pecho.
—No, te equivocas, eso sería una entrada épica, Selene—dijo Castiel lentamente, mientras pasaba una mano por su cabello—. Bueno, ahora será mejor entrenar, sígueme, conozco el lugar perfecto.
—¿Te refieres a tu habitación por lugar perfecto? —se burló ella con astucia.
—No, listilla... pero si será un lugar privado, para ver si eres tan hábil como pareces autoproclamarte—respondió Castiel, comenzando a caminar.
Selene lo siguió de cerca, prestando mucha atención a cada uno de sus movimientos. Un habito que había adquirido para medir a sus oponentes y seguir el rastro de sus presas.
Fue gracias a esa atención singular que ella logro percatarse de la mirada enrojecida y las ojeras debajo de los ojos del hibrido.
—¿Mala noche? —bromeo ella—. Te burlas de mí, pero tú luces igual de mal que yo.
Castiel elevo sus labios en una sonrisa ausente, mientras seguía avanzando por los pasillos del castillo.
—Todas mis noches son malas desde hace un tiempo, Selene... al menos yo tengo una excusa para verme mal, pero tu dejas muy mal parado a mi hermano—evadió el hibrido su pregunta con naturalidad.
Había mas ahí, algo no dicho. Todos en ese maldito castillo parecían saber que lo que dejaban ver a simple vista. Ella necesitaba saber, deseaba conocer todos los secretos para así poder destruirlos desde adentro, desde sus cimientos.
—Dimitri es un caballero, no me toco un pelo... o al menos no hasta que me tuvo que despertar de esa estúpida pesadilla—se quejo la cazadora mientras estiraba los brazos—. Asique también tengo una excusa para verme fatal.
El ceño de Castiel se arrugo, mientras lanzo una leve mirada de soslayo en su dirección.
—¿Tú también tuviste una pesadilla anoche? —interrogo el hibrido con tono serio.
>>El tuvo una pesadilla<< pensó la cazadora, mientras chasqueaba su lengua en silencio.
—Si... en realidad fue algo estúpido, ni siquiera estoy segura de que era una pesadilla, después de todo eran unos ojos bellos.
—¿Tuviste un sueño húmedo con mis ojos, Selene? —ronroneo Castiel.
—No, cretino, tuve un sueño extraño con unos ojos violeta y...
El hibrido se detuvo, su rostro tornándose duro como el granito, mientras se volvía hacia ella de manera ágil.
>—¿Castiel, que ocurre? —pregunto ella lentamente, sintiendo como cada musculo de su cuerpo se tensaba en alerta máxima, esperando encontrar evidencia de una amenaza.
—¿Qué paso en tu sueño, Selene? —exigió saber el hombre ante ella.
—No lo sé... no recuerdo—mintió la cazadora, puesto que se acordaba del sueño con lujo de detalle.
El lobo la observo con atención durante algunos instantes, evaluando la dosis de verdad que podría llegar a encontrar en sus palabras.
—Bien, adelántate y comienza a estirar, enseguida me uniré a ti—las palabras del lobo fueron monótonas y lineales—. Te encontrare en el jardín sur.
No concluyo aquella oración que el hibrido comenzó a alejarse de ella a pasos agigantados.
—¡¿A dónde vas?!—grito Selene, deseosas de saber cual era el motivo que lo empujaba de manera tan veloz lejos de ella.
Sin embargo, Castiel continuo avanzando a gran velocidad, alejándose de ella sin dar una respuesta en lo absoluto.
Pero sin lugar a dudas, Selene encontraría una respuesta a todo ese laberinto sin sentido.
ESTÁS LEYENDO
Esclava del Alfa
Loup-garouDimitri es el Alfa mas poderoso de todos. Rodeado de enemigos, desea con desesperación encontrar a su compañera ya que solo estará dispuesto a confiar en ella. Selene es la mejor cazadora y asesina de todos los tiempos, ella fue enviada a cobrarse l...