Oportunidad

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-Son 500$ el total de la compra.

A este paso terminaré como indigente

-Me falta un dólar -susurro bajo.

-Son 500$. Si no los tiene, deje todo y váyase que hay cola.

Bruja de mierda

Debo regresar a devolver algo para poder comprar la comida. Un dólar. Eso fue lo que faltó. Creí que tendría consideración y me diría que lo dejara así. Pero no, esa vieja tiene corazón de hielo.

Detesto esto

Y para completar, estoy con mi pijama de vaca.

Entrego a la repisa una bolsa de papitas, creí que podría llevármelas para darme un gusto. Y disfrutar de algo. Lastimosamente, hoy no es mi día.

Casi nunca es nuestro día

Vuelvo a hacer la inmensa cola, otra vez. Pasan al menos qué....

¿Cuarenta minutos?

Llego a la caja y la bruja sigue ahí. Me mira con desdén para hacer su trabajo

Ojalá se quede sin agua, por bruja

-Son 450$.

Le ofrezco los billetes con la mejor sonrisa, más falsa de mi vida.

Tomo las cinco bolsas para salir

Necesitamos un carro, así sea un herbbie

No he dado ni un paso bien cuando el vehículo de color rojo me llega hasta tocar leve el parachoques con mi rodillas. Suelto las bolsas, y me doy cuenta que he cometido un error.

¡Los frascos y yemas!.

Adiós al pan con mermelada...

-¡Fíjate por donde manejas pedazo de idiota!.

El auto es color rojo, tiene un logo con una clase de pájaro que realizábamos de chiquitos. Que solo eran dos palitos curvados hacia abajo. Es lujoso. Y muy caro.

Desgracia tras desgracia

-¿Morita?.

Maldita sea, lo que faltaba

Elevo mi vista al chico de traje negro con gafas oscuras para el sol. Está por darme un tic nervioso en el ojo. Mi tormento de trabajo ha vuelto. Se agacha para ayudarme con las bolsas y su fragancia invade mi sistema.

Con esa fragancia no me quejo

¡Conciencia!

Perdón

-Debes tener más cuidado al cruzar -me regaña para levantar las bolsas sin dificultades.

-Y tú al manejar, forondo....¿Dónde te dieron tu licencia?.

-Grecia.

Revisa las bolsas para ver si hay algo intacto, lo que dudo mucho. Y como creí, los frascos y yemas estaban dañados. Si comíamos algo de eso, nos cortaríamos la yugular.

-Ven, te pagaré lo que rompí.

-¿Ah?.

Menea la cabeza para guardar las cosas en el vehículo rojo. ¿Cuántos autos tiene?. Se quita las gafas y ese par de iris me miran con diversión y ternura.

-Linda pijama -me da una sonrisa ladina.

Me ofrece su mano pero doy vuelta para entrar al supermercado, para volver a ver a la bruja hedionda. A menos que busque otra caja.

Carne y HuesoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora