Carne y Hueso

Verdades y mentiras

Vamos Ram... De lo contrario... Nos va a arrancar la cabeza.

Pelear toda la mañana con tu consciencia no es muy bueno que digamos. He debatido como decirle a mamá que estoy saliendo con alguien. Que he dejado la universidad hace meses. Y que, estoy comenzando con mi carrera musical.

¿Le decimos o?...

-Morita... Te vas a quedar sin uñas.

Veo a Artemis sentado en el sofá de su casa. Tiene una franela sin mangas con un mono de dormir oscuro. Un libro sobre el arte en sus manos. Y unas calcetas del mismo tono que el pantalón. Luciendo tan lindo y despreocupado.

Como siempre

-Tengo miedo -confieso con las manos temblorosas.

-Es tu madre... No es como si viniera a matarte, amor.

Si supieras que es capaz

Mi computador lleva encendido al menos, media hora. La App de WhatsApp que instalé esta abierta con el chat de mamá. Decidí que lo mejor era contarle, planteé con Artemis si estaba de acuerdo. El solo me dijo que pase lo que pase, me apoyaría como siempre lo ha hecho. Escucho el ruido del libro cerrase. Se levanta para venir hasta mi. Besando mi cien, rodeándome con sus brazos.

-Si no estás segura, puedes intentar otro día -murmura sobre mi cabello.

-¿Tu... Alguna vez temiste en contarle algo a tu mamá? -indago.

-La relación con mi madre, ha sido honesta desde que tengo memoria -musita con su mentón en mi hombro-. Hemos sido honestos, incluyendo los peores momentos, siempre he dicho la verdad. Al igual que ella.

Cada que, le pregunto a Arti por su madre. Su voz se llena de amor. Nostalgia. Aún con su capa de frialdad. Y cara de matar a alguien. La iluminación que agarran sus ojos y rostro lo delata. Es lindo tener esa clase de confianza y relación con tu mamá. No todos podemos disfrutar de ello. Ya sea por miedo, como yo. O por que no están presentes.

El oír sus palabras me llenan de valor para dar click al mini teléfono en la pantalla. Siento la sonrisa de Artemis en mi hombro, se sienta a mi lado, entrelazando nuestras manos bajo la mesa. La imagen de mi mamá al otro lado de la pantalla nos mira con una sonrisa a medias y con la expresión confusa.

-¡Hey má! -exclamo con una risa.

Pestañea varias veces mientras recorre al chico de mi lado. Su silencio es tortuoso. Me dolería que no llegara a aceptar a Artemis. Mamá ha sido muy protectora conmigo. Ser hija única es un miedo para todas las madres. Saber que tu pequeña está creciendo. Conociendo. Dejando esa etapa de necesidad maternal. La aterra.

Pero, yo jamás dejaré de necesitar a mi mamá

Aun cuando me acabe de partir el palo de la escoba en la cabeza

-¿Ese chico es real? -es lo que dice luego del pequeño trance.

-¡Mamá!.

Artemis trata de ahogar una risa burlona. Apreto su mano con fuerza, aunque eso no le duele nada.

-Es que... Parece modelo.

Mis mejillas se tornan rojas al acto. Con mi mano libre, cubro mi cara para respirar hondo.

-Mamá... Hay algo que debo confesarte -titubeo y su mirada es confusa, curiosa.

-Claro nena -sus ojos viajan a Artemis quien me está mirando.

-El puede escuchar -digo sabiendo que es por la privacidad.

¿Esto suele ser tan complicado?

-Son tres cosas... La primera es que este chico, es mi pareja -detonó la primera bomba.