Two

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En realidad dije que le daría otra oportunidad, el beneficio de la duda pero lo ha desaprovechado

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En realidad dije que le daría otra oportunidad, el beneficio de la duda pero lo ha desaprovechado. Observo como se la come con la mirada, como la desnuda y a ella incomoda por no apartar los ojos de él.

Mi risa se escapa mientras oreo el vino para que suelte su aroma, suspiro ganándome una mirada de Bratt. Rachel se disculpa y va al baño dejándonos a los tres.

— Sabrina ¿Qué tal el matrimonio? — Siento la mirada de Rachel en mi. Mi vista se dirige al anillo que porto y niego. — Estamos en confianza si algo anda mal puedes decirlo.

— Sabrina no tiene nada que decir — Masculla Christopher.

— En realidad debo confesarte Bratt, que el papel de esposo le queda demasiado grande.

Me gano una mirada de muerte del ojigris pero solo termino mi copa dejándola en la mesa. — A mi nada me queda grande.

— Iré a ver porque Rachel tarda tanto. — Se disculpa mi hermano para levantarse tomando el rumbo hacia el baño.

— ¿Qué diablos te sucede? — Christopher me aprieta el brazo con fuerza y me aguanto un quejido — Cuando estemos en publico así sea el imbécil de tu hermano no te quejes de la vida que llevas conmigo.

— Si no quieres que me queje. — Me suelto de forma brusca ganandome una mirada cargada de sorpresa — Entonces pon más empeño en cuidar bien de mi en lugar de pasar tiempo con gente desconocida.

— Esa gente desconocida como le llamas es mi trabajo. — Me lanza una mirada de advertencia.

— E imagino que tu trabajo es abrirle las piernas a Angela Klein. — Me burlo y no hace el más mínimo afán de arrepentirse solo sonríe con sorna.

— Al menos ella sabe que solo es un coño para llenar. En cambio contigo, esa vagina de mojigata que te cargas no sirve ni para un polvo.

Se acerca a mi rostro tomandome de la barbilla, cualquiera que nos volteara a ver pensaría que estamos coqueteando no que me está destruyendo humillandome sin piedad.

— Y nisiquiera me dan ganas de meter mi verga en esa boca parlanchina como la tuya, tal vez pruebe con una copas encima y se me valla el asco de tenerte cerca.

Cuchillos. Siento cuchillos atravesar mi corazón y el vuelco en el estomago me provoca nauseas. — Lamento provocarte asco. — Me disculpo pero ni así toco una fibra suya — Pero de verdad lamento más por mi el engañarte con un falso embarazo es el peor error que pude cometer contigo.

— Hasta que lo aceptas. No tengo idea en que estaba pensando o más bien si la tengo, solo pensé en usar a la hermana de mi mejor amigo como una diversión de una noche. — Se burla alejandose de mi rostro.

Bajo la cabeza para pasar mis dedos por la boquilla de la copa de vino, mis ojos se empañan por corto tiempo hasta sentir como mis lágrimas bajan una tras otra.

El precio del pasadoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora