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Empujo a Christopher con todas mis fuerzas, me mira con los labios rojos e hinchados y solo puedo levantarme con dificultad.
— No hagas eso. Nunca vuelvas a tocarme me haz entendido. — Señalo a Christopher mientras limpio mis labios.
— ¿Qué hacías con Patrick? Te recuerdo que eres mi esposa. — Masculla poniéndose de pié haciéndome retroceder hasta el escritorio. — Tienes a otro. — Susurra observando mi cuello con el ceño fruncido.
— Pero claro que tengo a otro. — murmuro pero parece que me escucha pues azota su mano en el escritorio haciéndome sentir pequeña.
— Eres mi esposa. No voy a permitir que te separes de mi, tampoco dejaré que te vallas con otro. Como todavía estamos casados vas a regresar al penthouse ¿Me estás entendiendo? — Me toma de la barbilla.
— No. No lo hago. Yo no iré a ninguna parte que no sea mi casa, te firme el divorcio, te mande a mis abogados. ¿Qué es lo que quieres en realidad? Humillarme solicitándolo tu primero si es así entonces pídelo y terminemos con esto. — Intento buscar valor pero me vuelvo a sentir pequeña cuando se endereza más cerca de mi.
— Sabrina. — Susurra — Tú vas a seguir siendo mi esposa, voy a comenzar a follar ese coño hasta que no puedas desear nada más que mi verga. — Toma un mechón de mi cabello — Cambiaste demasiado, si querías deshacerte de mi lo hubieras hecho si continuaras con tu comportamiento de loca histérica. — Me sujeta las dos manos llevándolas a mi espalda dejándome expuesta que solo puedo ver sus ojos grises profundos — Llamaste mi atención. Me hiciste ver este lado salvaje tuyo que no puedo evitar sentirme atraído más aún teniendo satisfacción de que eres mía.
— Te llevare a juicio — Ignoro lo que dijo — Me voy a separar de tí. Me provocas nauseas. — Su mandíbula se tensa y me suelta pero cuando trato de escapar me toma de las caderas subiéndome al escritorio.
Se mete entre mis piernas y hunde su rostro en mi cuello depositando pequeños besos mientras sus manos alzan mi blusa acariciando mi cintura y abdomen con delicadeza. Su toque me estremece, sus manos son grandes que si las juntara me cubriría toda mi cintura.
— Morgan — Susurro — Siempre quise que me tocaras comí ahora, que me besaras como lo hiciste antes e incluso me hablaras tan meloso y perverso. — Niego sacando su rostro de mi cuello para verlo a los ojos — Lamentablemente es muy tarde para arreglar las cosas, casi me violas. Me llenaste de insultos de infidelidades, si esa es tu forma de amar yo no la quiero. No la necesito. — Trago grueso sintiendo un ardor en mi garganta — Ya he sufrido lo suficiente que lo único que puedes hacer ahora es firmar el divorcio o que todo Londres se entere de lo que haz hecho y no te suban como futuro ministro. — Me deja ir, no se mueve ni un centímetro lo cual agradezco para tomar mi bolso y salir de su oficina.
Zeus ladra hacia mi y viene corriendo con emoción saltandome encima lamiendo mi rostro. Suelto varias carcajadas que beso su nariz, mejillas y lo abrazo con cariño.