Seven

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— ¿Qué mierda haces aquí? — Cierro la puerta detrás de mi para tomar asiento delante de Sabrina

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— ¿Qué mierda haces aquí? — Cierro la puerta detrás de mi para tomar asiento delante de Sabrina.

Ella me observa unos segundos pero saca unas hojas de su bolso extendiendome la hoja y una pluma.

— Firma — Su sonrisa me desconcierta.

Había rechazado al abogado como para que venga en persona a obligarme a firmar. Yo quería el divorcio primero pero eso no significa que ella se me adelante.
      
— No voy a firmar una mierda. — Me niego. — No entiendo que es lo que tramas venir hasta mi oficina con unos papeles de divorcio que no he leído.

Me mira con burla y ofensa pero sin borrar su sonrisa solo deja el papel en mi escritorio.

— Mi abogado te dijo lo que quería y lo que no. No te estoy pidieron nada tuyo. Solo mi libertad, una orden de restricción y la custodia compartida de Zeus. — Se burla en mi cara de nuevo.

— No voy a firmar. Se lo dije a tu abogado y te lo repito a tí. De igual forma no estoy tan idiota para darte a mi perro.

— Pues te voy a obligar a hacerlo. — Su sonrisa se borra y solo veo seriedad en sus ojos — Tú y yo nos iremos a juicio.

— ¡Te volviste loca! — Me levanto golpeando con mis manos el escritorio.

Lo que menos quiero ahora es que se haga un escándalo que me afecte ahora a mi reputación como coronel que apenas llegó a Lodres y tiene un divorcio.

— Te escuche hablando con Patrick. Querías pedirme el divorcio y yo te lo estoy dando en bandeja de plata. Si no quieres un escándalo firma Christopher. Firma o nos vamos a juicio sin importar lo largo y escandaloso que sea, ambos sabemos que tengo las de ganar por tu adulterio. — Me señala. — Además que tengo evidencia de varias infidelidades.

Cierro la boca. Un soldado sabe cuando retirarse y ese es mi momento ahora, ella tiene pruebas de mis infidelidades, sabe absolutamente todo sobre quién y dónde estuve.

— Sabrina. — Decido persuadir.

— No intentes manipularme. Eso funcionó antes pero ahora no. Quiero el divorcio o nos vamos a juicio tienes hasta el lunes para firmar.

— Hoy es jueves — Mascullo.

— Exacto. Que inteligente eres. — Me lanza un beso y sale de mi oficina por lo que tomo la botella de Whisky lanzándola a la pared y sentándome comenzando a leer el acuerdo de divorcio.

 — Me lanza un beso y sale de mi oficina por lo que tomo la botella de Whisky lanzándola a la pared y sentándome comenzando a leer el acuerdo de divorcio

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— Sabrina — Patrick se acerca casi corriendo y me sonríe — ¿Podemos hablar?

— ¿Qué sucede? Tengo que ir por Zeus.

— Es importante — Me señala su oficina.

Para que Patrick me hable de esta manera cuando normalmente me había ignorado supongo que es importante. Camino a la oficina soltando un suspiro, entro y escucho como cierra la puerta.

— Quería disculparme contigo. Se que no debí ocultarte la infidelidad de Christopher pero es mi mejor amigo. — Me observa.

— Bratt también lo es. Christopher va a traicionar a Bratt así le salvara la vida dos veces ¿que esperas tú? Dímelo Patrick ¿de verdad crees que Christopher va a ayudarte cuando se le pongan un par de piernas que lo enamoren cuando estés en peligro. — Me río en su cara cuando no responde. — Los Morgan son egoístas. Quererlos e incluso amarlos es un suicidio, es demasiado doloroso y cansado. — Niego para darme la vuelta caminando a la puerta.

— Sabrina. — Patrick pone una mano frente a mí impidiendo el paso — Confío en Christopher, él jamás me traicionaria a mi lo conozco desde...

— ¿Y tú Patrick? — Lo veo a los ojos, está muy cerca de mi. Su respiración se mezcla con la mía. Su perfume me golpea pero no me ciega como cierto hombre de traje. — Ya haz traicionado a Christopher ¿Qué crees que haria cuando se entere en el juicio como  conseguí las pruebas de infidelidades?

— No tienes que decir como lo conseguiste.

— Pero lo sabrá. No es estúpido y lo sabes perfectamente, puede que te logres excusar pero el no va a olvidarlo; más cuando yo he herido su orgullo solicitando el divorcio primero.

Su respiración se acelera, me toma de la mandíbula para estampar sus labios contra los míos, debora mi boca y me lleno de sorpresa llevando mis manos a su pecho para alejarlo.

Patrick es más rápido que lleva mis manos arriba de la cabeza para seguir besándome, ambos soltamos un jadeo cuando aleja su boca de la mía. Mis mejillas están calientes, mi corazón quiere salirse de mi pecho siento la adrenalina correr por mi cuerpo.

— ¿Por qué haz hecho eso? — Deja ir mis manos y lo empujo haciendo que se aleje.

— Te volviste una fiera Sabrina, estás incluso más atractiva que antes y esos chupetones en tus hombros. — Me jala de las caderas apegandome a él.

— ¡Patrick! — Me quejo y lo empujo intento golpearlo con mi rodilla pero me atrapa con las suyas haciéndome soltar un pequeño grito. Me toma de los gluteos para cargarme y volver a besarme. — Se supone que son amigos. — Jadeo con mis manos en sus hombros.

— Supongo que no va a ser así cuando se trate de ti. — Me apega más a la pared llevando sus manos a mis piernas acariciandolas encima del pantalón. Junta su boca con la mía y correspondo al beso.

Alexa defendió a Rachel en mi anterior vida, ella la cubrió y defendió. Christopher traicionó a mi hermano entonces ahora haré que su mejor amigo lo traicione a él. Cuando menos se espera me comí a su amigo como enemigo.

— Patrick — Jadeo cuando debora mi cuello, acaricio su cabello con delicadeza.

La puerta es tocada y me giro hacia la manija que es tratada de abrir como si fuera con coraje. — ¡Patrick! — La voz de Christopher resuena.

Patrick me baja con rapidez que casi me caigo, lo miro mal y me sostiene pidiéndome disculpas en silencio. Ruedo los ojos y tomo mi bolso arreglando mi maquillaje, abro la puerta y me topo con la mirada de Christopher.

— ¿Qué haces aquí? — Me interroga.

— ¿No puedo hablar con tu mejor amigo? — Relamo mis labios de forma sugerente.

— Tú. — Me toma del brazo con fuerza para jalarme pasando de largo al ministro quien nos mira con una ceja alzada. Llegamos a la oficina de Christopher y lo primero que recibo es un beso feroz.

— Hoy es día de besar a Sabrina. — Jadeo y gruñe volviendo a besarme.

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El precio del pasadoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora