— Coronel — Laurens abre la puerta con nervios — El abogado Leonardo ha llegado.
— ¿Abogado? — Levanto la mirada — Hazlo pasar.
— Coronel Morgan. Me presento, Leonardo abogado que representa los intereses de su esposa la señora Sabrina Lewis.
Me extiende su mano y la ignora tomando asiento, lo examino con el ceño fruncido haciendole una seña a Laurens para que se largue.
— Vengo a presentarle la demanda de divorcio por mutuo acuerdo que la misma señora Lewis entabló. Si usted firma estos documentos — Me extiende el papel y se lo arrebato para comenzar a leerlo. — Si usted firma estos documentos además de aceptar el divorcio y una orden de restricción va a quedar legalmente separado sin gastar un solo peso. ¿Quiere una pluma?
Mi mandíbula se pone más tensa, puede que esta mañana se me pasara la mano por error que hasta Zeus tuvo que intervenir.
— No voy a firmar nada. — Mascullo.
— Usted no puede desaprovechar esta oportunidad si esto termina en un juicio sería muy largo y tedioso para ambas partes. Le recomiendo que firme.
— Mi esposa lo que tiene es un berrinche que pronto va a pasarle. Larguese. — Despedazo el papel y el abogado solo se levanta para salir de la oficina dejándome solo.
Tomo el vaso de whisky lanzándolo contra la pared hasta hacerlo pedazos. Tomo mis cosas y subo al mclaren para ir al penthouse en su búsqueda. Entro y está vacío, las luces apagadas y Zeus durmiendo en el sillón que al verme solo baja la cabeza como si estuviera triste.
Me acerco a acariciar su cabeza pero se niega por primera vez, supongo que es por lo de esta mañana por lo que decido no volver a intentarlo.
— Sabrina — Camino a la cocina en su búsqueda sin encontrarla, bufo caminando a la habitación para abrir el closet llenándome de ira.
Su ropa no está, entro al baño y sus cremas tampoco e incluso las tarjetas de crédito que recibió junto las llaves del coche que se compró con mi dinero están en la cama.
Tomo las llaves y en el llavero está el anillo de matrimonio. Me trueno el cuello en busca de paciencia pero la ira está por consumirme.
Salgo a la barra para tomar whisky y no encuentro un poco de felicidad al no tenerla aquí merodeando. Debería estar feliz.
No lo estoy. Para nada estoy feliz y no comprendo la razón.
— Hijo.
— ¿Dónde está Sabrina? — Nisiquiera le doy una mirada a Marie.
— Solo recogió sus cosas y dijo que regresaría a casa e incluso Zeus fue tras ella pero la puerta ya la había cerrado. No ha comido desde que se marchó. — Informa.
Aprieto los puños y azoto el vaso contra la barra que por suerte soporta el impacto, me alejo pasando la manos por mi cabello en busca de un plan pues ahora mismo estoy sintiéndome sofocado. Desesperado.
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El precio del pasado
FanfictionVolví al lugar donde todo comenzó. Después de la cena escuché como quería divorciarse y yo decidí cumplir con su pedido.