Capítulo 1 : ¿Dónde me he metido?

132 6 0
                                    

Cerca del mediodía, en un día frío de invierno, como es de suponer, un grupo de hombres, mayoritariamente, estaba formado en fila. Todos cargaban con algo de equipaje y estaban reunidos por una simple razón: su unión a alguna fuerza especial de la armada. Cada uno iba pasando a diferentes divisiones dependiendo de si unos soldados oficiales decían sus nombres sobre una respectiva fuerza especial, pero un fuerte grito me sacó de mis pensamientos...

Sarg. Nikita: "¡¡¡Kirill Belinski!!!"

En cuanto a eso, mi cuerpo se puso firme.

"¡Sí, señor!" Miré al causante de ese grito y no era nada más que el anuncio de mi supuesta asignación en alguna fuerza especial.

Sarg. Nikita: "Muchacho, llevo llamándote desde hace rato. No sé si es por esa altura que tienes o por tu falta de concentración, pero si estás así sin siquiera estar dispuesto a una misión, no me imagino cómo estarás en una."

No había nada como el típico comentario que te hace sentir como una mierda. Me puse firme ante el superior y di un gesto para reafirmar que sí estaba prestando atención, al menos ahora.

Sarg. Nikita: "Ahora que al menos he captado tu atención, muchacho, espero que no se vuelva a repetir... Kirill Belinski, estás asignado, para tu suerte o desgracia, a una fuerza especial fuera de Rusia, en el SAS. ¡Felicidades, muchacho!"

Simplemente asentí con la cabeza, mientras daba un suspiro y tomaba el documento que me tendía.

Sarg. Nikita: "¡Eh, muchacho! Será mejor que te des prisa. Eres el único seleccionado para esa unidad, al menos de aquí, y el helicóptero sale en menos de dos minutos... por lo que..."

"¡Sí, señor!" Tomo mi mochila y salgo corriendo lo más rápido posible, agarrando bien el documento en mis manos y dando grandes pasos gracias a mi favorable altura. "Ya me lo podía haber dicho antes", dejo escapar en un pequeño murmullo. Unos momentos después, me acerco a un helicóptero que está a punto de despegar.

Piloto: "Llegas tarde."

"Perdón, es culpa mía." Como puedo, subo con cuidado al helicóptero, dejo mi mochila en el asiento de al lado y me pongo el cinturón. "¿Se puede saber a dónde me lleva? Apenas me han dicho qué debo hacer..."

Piloto: "Muchacho, tu camino lleva hacia las fuerzas británicas. Será un largo camino, así que agárrate los pantalones."

Le doy un asentimiento al piloto y me pongo cómodo en el asiento. Pronto, el motor ya encendido empieza a hacer un sonido más ensordecedor y poco después comenzamos a elevarnos poco a poco. Mis ojos verdes se dirigen hacia un lado del helicóptero, para ver a través de la ventana lo que hace unas semanas era el campamento de prueba donde estaba haciendo algunas prácticas.

Piloto: "Perdón por el atrevimiento, muchacho, pero ¿cómo pueden enviar a un joven mocoso a una unidad fuera de su país? Además, ¿qué diablos te dieron de comer tus padres?"

No pude evitar sonreír por el último comentario. "La verdad, ni yo sé por qué me mandan tan lejos y, respondiendo a lo otro, sopa borsch." Tan pronto como lo dije, el piloto soltó una carcajada.

Piloto: "Está bien, muchacho. Por ahora guarda silencio. Será un camino muy largo."

Ante eso, suspiré y miré por la ventana. No sé cuánto tiempo pasó, quizás un cuarto de hora, pero sé que empecé a quedarme dormido y pronto solo veía negro.

Comienzo a sentir una presión en el cuerpo. Poco a poco voy despertando, dándome cuenta de que ahora hay menos luz que antes, prácticamente a oscuras. Solo se veía gracias a los focos delanteros del helicóptero que alumbraban un poco la oscuridad.

Tras La MiraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora