Capítulo 32: Recuerdos en la nieve

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Una semana después…

El invierno avanzaba en su máximo esplendor, cubriendo todo con un manto blanco. La cabaña de Nikolai, situada en las montañas, parecía sacada de un cuadro, con su techo cubierto de nieve y el humo saliendo perezosamente por la chimenea. En el interior, Kirill estaba comenzando a sentirse un poco más en casa, pero aún había algo que no terminaba de encajar en su mente.

Esa mañana, mientras desayunaban en silencio, Nikolai rompió la quietud con una propuesta. "Kirill, ¿qué te parece si salimos a cazar hoy? Como solíamos hacer cuando eras más joven."

Kirill levantó la vista, sorprendido. No recordaba claramente esos días, pero había algo en la idea que le resultaba familiar, casi reconfortante. Asintió lentamente. "Sí, me gustaría."

Ghost y Price, que también estaban en la mesa, intercambiaron miradas. Sabían que Nikolai estaba intentando ayudar a Kirill a reconectar con su pasado, a través de actividades que podrían despertar más recuerdos. Aunque Ghost no era del tipo que solía salir a menudo , entendió el propósito y decidió acompañarlos.

Unas horas después, todos estaban preparados y equipados, con abrigos gruesos y armas listas. Nikolai lideró el camino a través del bosque, guiando al grupo hacia un área donde sabía que podrían encontrar algo de caza. Mientras avanzaban, Kirill sintió cómo la familiaridad del paisaje comenzaba a despertar fragmentos de recuerdos, como pequeñas piezas de un rompecabezas. No eran recuerdos claros, pero sí emociones: la sensación de tranquilidad que siempre lo invadía al estar en la naturaleza, el vínculo que compartía con su tío, la seguridad de saber que estaba protegido.

Al llegar a un claro, Nikolai señaló unas huellas en la nieve. "Aquí es donde solíamos colocar las trampas," dijo, mirando a Kirill. "¿Recuerdas?"

Kirill se agachó, observando las marcas en la nieve. Una imagen fugaz apareció en su mente: él, más joven, con las manos pequeñas, ayudando a su tío a colocar una trampa. "Algo… algo así," murmuró, con la voz llena de duda y curiosidad.

Ghost se mantuvo un poco apartado, observando en silencio, permitiendo que Kirill y Nikolai compartieran ese momento. Sabía que esto era importante para Kirill, para su proceso de recuperación, y aunque no era parte de esos recuerdos, estaba allí para apoyarlo.

Mientras avanzaban, la caza se convirtió en una actividad secundaria. Nikolai continuaba hablando, contando historias de aquellos días, con la esperanza de que algunas palabras, algunos detalles, pudieran traer más recuerdos a la superficie. Kirill, por su parte, escuchaba atentamente, sintiendo cómo esas palabras comenzaban a tejer una conexión entre su pasado y su presente.

Finalmente, lograron cazar un ciervo. Mientras lo preparaban, Kirill tuvo un destello de un recuerdo más claro: la primera vez que había cazado uno, cómo su tío lo había felicitado, orgulloso de él. Aunque la imagen era borrosa, la sensación de logro y la sonrisa de su tío eran nítidas.

"Lo estás haciendo bien, Kirill," dijo Nikolai, dándole una palmada en el hombro. "Tal como lo hacías antes."

Ghost, que estaba cerca, asintió en silencio, reconociendo el progreso que Kirill estaba haciendo. No necesitaba decir nada; su presencia era suficiente para transmitir su apoyo.

Esa noche, de regreso en la cabaña, mientras se calentaban junto al fuego, Kirill sintió algo más de paz. No todos los recuerdos habían vuelto, pero esa actividad, ese día en el bosque, le había dado un poco más de claridad, un paso más hacia la recuperación de su identidad.

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