Capítulo 18

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Despierto con el primer rayo de sol que se cuela por las rendijas de la cabaña. Huka, a mis pies, levanta la cabeza. Bostezando, me incorporo. "Buenos días, Huka", digo adormilado mientras me levanto. Sonrío al escuchar el ladrido de Huka, como si me devolviera los buenos días.

"Iremos a entrenar un poco... ¿Te parece?" Me giro a mirarlo mientras me visto, ya que anoche me había hecho un pequeño mantenimiento a mí mismo y estaba como Dios me trajo al mundo.

Huka da una vuelta sobre su eje y corre a la silla de la habitación, donde toma su chaleco militar.

"Jajaja, bien, bien... Impaciente". Termino de abrocharme el cinturón y ponerme las botas, luego le coloco el chaleco a Huka. "Bien, vamos, colega". Abro la puerta y salimos a los pasillos de la base mexicana.

Caminando por los pasillos, recibo muchas miradas, algunas serias y otros saludos corteses. Algunas miradas son de miedo y sorpresa, lo cual no me extraña ya que parezco un tanque humano, aunque no lo soy.

Huka se detiene en la puerta del gimnasio. Le acaricio la cabeza mientras abro la puerta para dejarnos pasar a ambos.

Al entrar, no hay muchos soldados, solo algunos hablando entre ellos y un grupo de mujeres entrenando piernas. Niego levemente y me dirijo a hacer ejercicios de brazos, tomando algunas pesas.

"Huka, ven aquí". Señalo un punto a mi lado y él se acerca sin rechistar. "Bien, quédate quieto". Le coloco algo de peso extra en su chaleco. "Bien, ve". Huka ladra y se va. Suspiro y empiezo a entrenar brazos con las pesas.

Después de un rato dejo las pesas, me quito la chaqueta del uniforme y me quedo en una camiseta negra ajustada. Seco el sudor de mi frente y camino hacia una barra para hacer dominadas, entrenando la parte superior de mi cuerpo.

"Uno... Dos... Tres..." Siento varias miradas en mi pecho. Mis ojos verdes se dirigen hacia donde provienen y veo a las mujeres observando mi pecho. Me sonrojo y suelto un bufido. Niego suavemente y sigo haciendo dominadas.

"Diez... Mierda... Trece, joder..." Murmuro intentando concentrarme.

Rodolfo: "Buenos días, Kirill. Parece que no pierdes el tiempo". Se acerca sonriendo.

"Buenos días, Rodolfo. Sí, tengo que mantenerme en forma". Bajo de la barra.

Rodolfo: "Entiendo. ¿Qué te parece si tomas un descanso y nos acompañas a conocer el pueblo? Podríamos mostrarte algunos lugares interesantes y quizás un buen lugar para desayunar".

Miro a Rodolfo con curiosidad. "Suena bien. Necesito aire fresco de todos modos. ¿Quién más va?"

Rodolfo: "Alejandro, Soap, Ghost y creo que también Graves. Será una buena oportunidad para relajarnos un poco".

Frunzo la nariz al saber que Graves vendrá, pero niego, no iba a dejar de ir por uno. "Está bien. ¡Huka!" Él viene y se sienta a mi lado, ladrando. "Buen chico". Le quito el peso del chaleco y lo dejo en su sitio, luego voy hacia Rodolfo. "Bien, ya podemos ir".

Rodolfo: "Sígueme, nos están esperando".

Asiento y comienzo a seguirlo junto a Huka, caminando a su lado sin problema. Pronto llegamos a donde los coches están aparcados. Veo al Teniente, a Soap, a Alejandro y a Graves con algunos Shadows cerca de unos coches. Suspiro y miro a Huka. Este gruñe en dirección a Graves. Nego y vuelvo la mirada al frente; algo andaba mal con ese hombre.

Rodolfo: "Alejandro, ya estamos aquí, ya os dije que vendría".

Alejandro: "Gracias, Rudy".

Alzo una ceja mientras me detengo frente a ellos. "¿Por qué creían que no vendría?" Miro a todos algo confundido.

Tras La MiraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora