Capítulo 30

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El viento rugía en el exterior de la cabaña, haciendo que las viejas paredes de madera crujieran bajo la presión. La nieve, densa y silenciosa, cubría el mundo exterior en una capa blanca y espesa, aislando aún más la cabaña en el remoto norte de Rusia. Dentro, el calor de la chimenea ofrecía un contraste agradable al frío implacable del exterior.

Kirill estaba sentado en un sillón junto al fuego, envuelto en una manta pesada. Aunque el calor era reconfortante, no podía escapar de la sensación de vacío que lo invadía. Habían pasado días desde que Price, Ghost y los demás lo habían sacado de la instalación, pero su mente seguía en blanco. Estaba en la cabaña de su tío Nikolai, un hombre que no recordaba, pero que sentía vagamente cercano.

Ghost estaba de pie en la cocina, terminando de preparar una taza de té. Sus movimientos eran precisos y eficientes, como siempre, pero había una tensión en sus hombros, una incomodidad que no solía mostrar. Sabía que tenía que manejar esta situación con cuidado; Kirill estaba vulnerable, y aunque Ghost no era el tipo de persona que se dejaba llevar por las emociones, entendía la necesidad de ser delicado.

Se acercó a Kirill, extendiéndole la taza con un gesto firme pero tranquilo. "Toma. Esto te ayudará a relajarte un poco," dijo, su voz baja y contenida, manteniendo su distancia habitual.

Kirill aceptó la taza, sus manos temblorosas al envolverla. Miró a Ghost, intentando buscar en su rostro algún indicio de quién era realmente, de por qué sentía una conexión con él que no podía explicar. "Gracias," murmuró, su voz apenas un susurro.

Ghost asintió, pero no dijo nada más. Se quedó de pie, a una distancia prudente, observando a Kirill con una mirada que, aunque dura, contenía una preocupación subyacente. Sabía que Kirill estaba luchando contra algo que él mismo no podía entender, y aunque quería ayudarlo, no estaba seguro de cómo hacerlo sin cruzar límites que había impuesto a sí mismo.

"¿Recuerdas algo de lo que ocurrió antes de que te encontráramos?" preguntó finalmente Ghost, manteniendo su tono neutral, casi profesional, como si fuera una simple misión de reconocimiento.

Kirill cerró los ojos, tratando de forzar a su mente a recordar algo, cualquier cosa, que pudiera darle respuestas. "Solo fragmentos," admitió, su frustración evidente. "Dolor, disparos, y luego... oscuridad. Es como si todo se desvaneciera."

Ghost asintió nuevamente, sin dejar que ninguna emoción se filtrara en su expresión. "Fuiste herido en una misión," explicó, su voz firme y sin adornos. "Salvaste a varios de nosotros, incluido el objetivo. Hiciste lo que tenías que hacer. Eso es lo que importa."

Kirill lo miró, buscando algo más en esas palabras, algo que le diera una pista sobre su relación con este hombre que parecía tan familiar, pero tan distante al mismo tiempo. "Siento que te conozco... mejor que a nadie aquí," dijo, con la esperanza de obtener alguna reacción que confirmara lo que su corazón parecía saber, pero que su mente no podía recordar.

Ghost mantuvo su mirada fija en Kirill, luchando por mantener la compostura. Había algo en la forma en que Kirill lo miraba que lo golpeaba más fuerte de lo que quería admitir, pero no podía permitirse ser débil. "Hemos pasado por mucho juntos," respondió finalmente, su voz seria. "Pero lo que importa ahora es que te recuperes. El resto vendrá cuando estés listo."

En ese momento, la puerta de la cabaña se abrió, dejando entrar una ráfaga de aire gélido. Price y Nikolai entraron, cargados con leña y provisiones, sacudiéndose la nieve del abrigo. "¿Cómo va todo aquí?" preguntó Price, con su tono habitual de preocupación contenida.

"Bien," respondió Ghost con su típica concisión, manteniendo la distancia emocional que siempre había sido su escudo.

Nikolai se acercó a Kirill, colocando una mano firme pero cálida en su hombro. "Este lugar tiene una forma de sanar, Kirill. Tómate tu tiempo. Estamos aquí para ti, sin importar cuánto tiempo te lleve."

Kirill asintió lentamente, sintiendo una mezcla de calidez y confusión. Estaba rodeado de personas que claramente se preocupaban por él, aunque su mente no pudiera recordar por qué. Había algo reconfortante en ello, algo que comenzaba a disipar la niebla que lo envolvía.

Mientras la noche se asentaba sobre la cabaña, el equipo se reunió alrededor de la chimenea. La conversación era ligera, pero todos estaban atentos a Kirill, que escuchaba en silencio, intentando encontrar alguna chispa de reconocimiento en las historias que compartían. Ghost, aunque distante, no apartaba la vista de Kirill, observando cualquier signo de recuperación, cualquier indicio de que el joven comenzaba a recordar.

Y aunque Kirill aún se sentía perdido, por primera vez desde que había despertado en aquel lugar frío y desconocido, sintió una pequeña chispa de esperanza. Sabía que tenía un largo camino por delante, pero algo en la forma en que Ghost, aunque distante, se mantenía cerca, le decía que no estaría solo en ese viaje.

Ghost, por su parte, sabía que su distancia era tanto una forma de protegerse a sí mismo como de proteger a Kirill. Pero en el fondo, también sabía que, cuando llegara el momento, estaría allí para ayudarlo a recordar, y juntos, enfrentarían lo que sea que el pasado de Kirill pudiera traer.

[Doble (1/2) , por no actualizar casi nada últimamente 😘]

Tras La MiraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora