Capítulo 40

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Mientras Nikolai, Price y Laswell discutían los detalles de la misión en la sala de reuniones, Kirill decidió que era mejor aprovechar el tiempo. Se sentía nervioso por la misión, pero no tanto por el peligro, sino por la tensión emocional que lo había estado carcomiendo desde lo que había pasado con Ghost. Sabía que debía despejar su mente, y el mejor lugar para hacerlo era el gimnasio.

El gimnasio estaba relativamente vacío, con solo unos pocos soldados haciendo sus entrenamientos diarios. Gaz estaba allí, trabajando en el saco de boxeo, pero cuando vio entrar a Kirill, le lanzó una sonrisa amistosa.

"¿Listo para sudar un poco?" preguntó Gaz, dándole una palmada en el hombro.

Kirill asintió, aunque su mente estaba a kilómetros de distancia. Se dirigió a las barras de dominadas y comenzó su rutina. Mientras subía y bajaba, los músculos de sus brazos tensándose, no pudo evitar notar algunas miradas curiosas de las pocas personas en el gimnasio. No era algo nuevo para él; desde que había regresado, tanto hombres como mujeres a menudo lo observaban con interés. Pero él, como siempre, no le daba mayor importancia. Para Kirill, esas cosas no eran relevantes; su mente estaba llena de otras preocupaciones.

Después de unas cuantas dominadas, Gaz se acercó. "Parece que te esfuerzas más de lo necesario. ¿Qué tal si te ayudo con la técnica?" Gaz se posicionó detrás de Kirill, ayudándolo a ajustar su postura. Kirill se sentía un poco torpe, pero agradecido por la ayuda.

"Es... complicado," dijo Kirill con la respiración entrecortada. "Me cuesta concentrarme últimamente."

Gaz frunció el ceño, pero no dijo nada al principio, solo lo ayudó a continuar con las repeticiones. Sin embargo, al notar el leve temblor en los brazos de Kirill después de unas cuantas más, Gaz tomó la decisión de intervenir. "Suficiente por ahora," dijo, bajando las manos a los hombros de Kirill para hacer que se detuviera.

Kirill soltó un suspiro de alivio y se dejó caer al suelo, apoyándose en sus rodillas. Gaz se agachó a su lado, con una mirada mezcla de preocupación y camaradería. "Parece que llevas una carga pesada. ¿Algo que quieras sacar del pecho?"

Kirill se quedó en silencio unos segundos, mirando al suelo. "No es nada, solo... muchas cosas a la vez. Mi memoria, la misión... cosas personales."

Gaz asintió con una comprensión implícita. "Te entiendo. He pasado por eso, en diferentes formas. Pero déjame decirte algo, no tienes que cargar con todo solo. Y si alguna vez necesitas hablar de lo personal, no dudes en contar conmigo."

Justo en ese momento, Kirill sintió un ligero escalofrío, como si alguien los estuviera observando. Al levantar la vista, vio a Ghost en la entrada del gimnasio, apoyado contra la pared, mirando la interacción entre él y Gaz con una expresión que era difícil de leer. Kirill sintió su estómago revolverse. Desde el beso, habían evitado cualquier tipo de conversación seria, y cada encuentro con Ghost parecía llevar una carga emocional que lo hacía sentir más confuso.

Ghost se acercó lentamente, con sus pasos pesados resonando en el suelo del gimnasio. "¿Todo bien aquí?" preguntó, aunque su tono indicaba que había notado algo más que solo el entrenamiento.

Gaz se puso de pie rápidamente, levantando las manos en señal de paz. "Solo ayudaba a Kirill a mejorar su técnica. Se veía un poco tenso."

Ghost lo miró por un largo segundo, y luego su atención se volvió completamente hacia Kirill. "Parece que estás trabajando demasiado duro para alguien que debería estar recuperándose, no entrenando para romperse los brazos." Había un tono de reprimenda suave en sus palabras, pero también una preocupación oculta que solo Kirill parecía captar.

Kirill se puso de pie, sintiéndose aún más incómodo bajo la mirada de Ghost. "Solo... necesitaba distraerme," murmuró, evitando su mirada.

Gaz, al notar la tensión en el aire, decidió que era mejor dejar que ambos hablaran a solas. "Bueno, voy a seguir con mi entrenamiento. Si necesitan algo, estaré en el saco de boxeo."

Cuando Gaz se alejó, Ghost dio un paso más cerca de Kirill. El espacio entre ellos era pequeño, y la presencia de Ghost parecía llenar el aire de una manera que Kirill encontraba difícil de ignorar. Sus pensamientos se mezclaban; quería aclarar las cosas, pero al mismo tiempo, había una parte de él que no sabía si estaba listo para enfrentarlo.

"Sobre lo que pasó..." comenzó Ghost, su voz baja, casi como si no quisiera decirlo en voz alta.

Kirill levantó una mano, interrumpiéndolo. "No hablemos de eso ahora, Ghost. No aquí, no ahora. Hay demasiadas cosas en mi cabeza."

Ghost lo observó por un momento, como si estuviera debatiendo internamente qué decir. "Entiendo que estés confundido. Pero quiero que sepas que, independientemente de lo que sientas, de lo que estés recordando... estoy aquí."

"Eso no lo hace más fácil," replicó Kirill, sintiendo cómo su pecho se apretaba. "Tú lo complicas todo. Todo lo que ha pasado... no es tan simple como decir que estás aquí."

Ghost parecía a punto de responder, pero se detuvo. Había una mezcla de frustración y resignación en sus ojos, pero también algo más profundo, algo que Kirill no estaba listo para aceptar o interpretar.

El silencio entre ellos se volvió espeso, y aunque no habían dicho mucho, las palabras no parecían necesarias en ese momento. Finalmente, Ghost asintió levemente, como si entendiera que presionar más no serviría de nada. "Cuando estés listo," dijo simplemente, antes de alejarse y dejar a Kirill con sus pensamientos enredados.

Kirill se quedó mirando cómo Ghost se marchaba, sintiéndose aún más perdido que antes. La confusión en su interior no hacía más que crecer, y aunque Gaz y Ghost intentaban ayudarlo a su manera, la única persona que podía entender lo que realmente estaba pasando era él mismo. O eso creía.

Tras La MiraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora