Capítulo 5.- Tan vivo como yo

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—¿Es... es él? –Hinata había sujetado los puños de su suéter, enroscándolos entre sus dedos nerviosamente. El foco de la lámpara de la cocina no dejaba de fluctuar a pesar de estar apagado—¿Es él?

El timbre sonó interrumpido. Ino movió ligeramente la cortina de la sala, abrió la ventana y esta se cerró estruendosamente.

—Hinata, ¿podrías calmarte? –renuente volvió a abrirla, mientras miraba de reojo a Hinata ir y venir en torno a la puerta.

—Pe...perdón, es que...

—Ya, con que no intentes volar la casa me basta —andando con paso desenfadado, se quedó con la mano fija en la cerradura y se dirigió brúscamente hacia la nerviosa joven.—Creo que deberías quedarte en las escaleras.

—¿Qué más da que se quede en la sala o en la escalera? —Sakura bajó terminando de abotonarse la blusa, todavía con los rosáceos mechones húmedos y una expresión más nerviosa inclusive que la de Hinata. —Definitivamente sigo pensando que no es una buena idea...

Ino le dedicó una sonrisa forzosa.

—Disimular es buena idea –abrió la puerta.

Hinata se había quedado sentada al pie del cuarto escalón, ambas manos sujetadas en uno de los maderos del barandal. De haber tenido pulso, podría jurar que éste estaría tan acelerado como el de alguien previo a padecer un infarto.

—Buenos días...—la voz de Neji Hyüga sonó con aquel usual tono educado que ella recordaba.

La afable contestación por parte de Ino se vio interrumpida por el saludo escueto de una chica, quien con aire jovial y desenfadado tomaba de la mano a Neji.

Hinata se inclinó un poco, hasta que su vista se encontró con la silueta de su ex prometido...acompañado de una figura. Una joven, de cabellos largos y castaños. Sus orbes perla contemplaban con aire inquieto, de un modo casi radiante en su semblante juvenil.

—¡Hanabi! –Hinata no pudo evitar un grito.

La bombilla de la sala explotó en medio de insignificantes chispas.

La mirada desconcertada del muchacho y de su acompañante quedaron fijas en el foco ahora enegrecido, mientras que Sakura dirigió un fugaz vistazo a Hinata; quien se escondió tras el barandal en cuanto notó el gesto inquisitivo.

Neji se percató de la expresión desconcertada de Sakura y estuvo a punto de voltear hacia la escalera.

—Ése es uno de los problemas... el cableado está mal puesto o algo –Ino se atravesó en su campo de visión rápidamente.—Eso y la tubería de la cocina...

La joven que acompañaba a Neji seguía sin soltarle del brazo. Su rostro enarcó una duda fugaz, todavía escrutando el foco.

—Nosotras nunca tuvimos problemas con la luz ni la cocina –dijo casi con aire ausente. Bajó la mirada entornándola en la rubia—Oh, disculpen, no me he presentado... soy Hyuuga...

—Hanabi... —completó Sakura más inaudible que un suspiro.

La aludida muchacha ladeó levemente la cabeza.

—¿Perdón?

—¿Ah? —sintiendo el mismo impulso que un pinchazo en las costillas, aunado a la gélida expresión de Ino hacia ella, Sakura apremió a voz en grito y con una obligada sonrisa casi demencial—Ah... ¡Creo que iré a revisar los contactos del piso de arriba!

—Pero los fusibles están abajo, en la caseta que da al jardín –señaló Neji Hyuuga.

La improvisada sonrisa de la chica de cabellos rosas se amplió nerviosamente e Ino temió que fuese a decir o escupir cualquier palabra incriminatoria.

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