Justo antes de una gran tormenta, solía ir con mi padre al puerto. Para mirar las nubes y sentir el viento.
Hay una extraña quietud antes de que el cielo se abra. Un silencio ominoso y sobrecogedor. Puedes sentir la tormenta que se avecina. Oler el diluvio en su camino.
Lo mismo ocurre cuando sabes que tendrás una muerte violenta, cuando es la única forma en la que puedes morir, sólo queda esperar por la tormenta final.
...Si es que la espera no te mata primero.
—Ino Yamanaka
La medianoche cayó sobre la estación principal, en el extremo noroeste de Amegakure. Había una fila de limusinas negras aparcadas junto a una plataforma delimitada por cristales y de la que se había alejado expresamente a todos los seres humanos.
Sentado en la primera de las limusinas, Shikamaru Nara observaba a través de las ventanas oscuras y polarizadas del coche cómo las farolas del corredor iluminaban en medio de la pronunciada noche.—¿Crees que lo hayan logrado? —Chouji inquirió desde el asiento del conductor.—No he visto el auto de Danzo por ningún lado, y mucho menos señas de éste o los neófitos.
—Posiblemente. —Shikamaru se pasó una mano por el mentón—De lo contrario, a esta hora debería haber un verdadero caos. Todo está muy tranquilo.
Chouji bufó pensativo y abrió un nuevo empaque de patatas fritas.
—Me preocupa como vayan a reaccionar los Antiguos a todo esto. —Dijo el robusto oficial escupiendo migajas entre las palabras—Tendremos suerte si no nos mandan a tomarnos un descanso bajo tierra por medio siglo.
—Para eso tenemos a Torune y a Fuu.
—¿Pudiste convencer a esos lamebotas? dudo mucho que quisieran cooperar por las buenas.
—Lo harán. Agradece que el apellido de nuestros padres aún tienen mucho peso en la jerarquía de la Franja de los Reinos... —murmuró Shikamaru, volviendo a sacar el teléfono para revisar la hora—...Aunque puede que eso también nos ocasione un problema que no tenía en mente...
Chouji entornó la mirada.
—Es por Ino, ¿cierto?
Nara asintió, alzándose de hombros.
—De cualquier manera, creo que Inoichi-sama terminaría enterándose de todos modos. Padre e hija deberían reconciliarse tarde o temprano...
El teléfono móvil repiqueteó un par de veces, Shikamaru miró el mensaje de texto y volvió a guardarlo en el bolsillo de su saco.
—Llegaron.
Emergió de la limusina con una expresión impasible en el rostro, lanzó una mirada expectante a la vacía plataforma. En la distancia, en algún lugar situado al oeste, sonó el tronar inconfundible de una locomotora de vapor que se les acercaba.
Al cabo de pocos segundos, un tren de pasajeros negro como la penumbra apareció a la vista, arrastrado por una locomotora de la década de los treinta en impecable estado de conservación. Un antiguo motor de vapor impulsaba los pistones de la locomotora mientras el tren privado entraba en la estación en medio de un chirrido de frenos y envuelto en una nube de vapor ardiendo.
Shikamaru sacó un puntero láser de su bolsillo y, tal como estaba convenido, envió tres señales de color rubí en rápida sucesión al tiempo que el tren se detenía. Las señales tenían por objeto asegurar a los guardaespaldas de los regentes de la Franja de los Reinos que la estación había sido acotada y asegurada.
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Being Human
ParanormalADAPTACIÓN/ Ino Yamanaka y Sakura Haruno son dos jóvenes aparentemente normales que comparten casa y trabajan en el mismo hospital. Lo único anormal es que Ino es una vampiresa y Sakura una mujer-lobo. Además hay otra inquilina: Hinata, una jóven fa...