ranas

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Desde pequeña he tenido un miedo irracional y enfermizo hacia las ranas de cualquier tipo, es algo que muchos suelen responderme con risas irónicas y descaradas, siento que son seres que no han completado su metamorfosis, que no sabes cuál será su próximo movimiento, y eso es lo que más me asusta; su próximo salto podría ser encima de mi cabeza o mi piel, arrojandome al suelo y deteniendo mi sensibilidad, sus ojos me observan intentando "amigarse" conmigo pero yo solo puedo moverme para intentar escapar y correr dónde no me alcancen. Ellas buscan cuidarme quizás, pedirme ayuda con sus croadas, pero no puedo dejar de tenerles miedo, son seres inocentes, quizás no hagan nada más que alimentarse y reproducirse, pero algo tiene su mirar, su cuerpo gelatinoso y sus patas flexionadas que me incita a escapar, quizás eso mismo me pase con esta humanidad en pleno desarrollo, y ojalá sea así, para no caer en miradas y pieles inocentes pero intimidantes, después de todo, el humano mismo por dentro es una rana, con hambre de cualquier bicho asqueroso e inmundo, queriendo engatuzar con sus saltos manipuladores, por eso me asustan, y cuando tengo pesadillas con ellas el deseo de gritar y abir los ojos con fuerza me agobia, ¿Es que yo también me veo como una rana? La princesa no besó a aquel sapo porque no le tenía asco o miedo, fue lo que vió en él, pero ella también era una rana después de todo, nada cambiará ni con el beso de amor verdadero en los cuentos de tapa dura, todos somos igual de ranas en el mundo.

Vivo En Un Cumple.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora