Vivo En Un Cumple.

mi reflejo en Santiago Nasar (crónica de una muerte anunciada)

Salvenme, estoy perdida entre tanta tristeza. Pregúntale a la muerte cuánto tiempo estaré sin él, las letras de mis manos tiemblan esperando la hora de cuando cremen mi cuerpo y ya no quede nada, ¿Porqué es un deseo tan habitual? ¿Porqué la muerte quiere besar estos labios qye ya están perdidos sin haber sentido frío? Soy tan débil y vulnerable, me dejó caer a pedazos y al parecer nadie lo nota. Qué realidad tan apestosa, mi cuerpo arde con la llana de un cigarrillo indefenso en el medio de la noche y subyace en el libro de Una Muerte Anunciada. Santiago sabía que lo iban a matar, y siguió tosiendo sus propias cenizas y entrelazando sus dedos en tazas de café con el sentimiento del cuchillo ya atravesado en vida. ¿Cuánto más viviré dada vuelta? ¿Cuan alto llegan esos globos llenos de humo? Al final del duaquizas la anatomía no es nada sin la figura humana débil y con falsos músculos para lo que es vivir, pide demasiado, y ya ni el amor tan fuerte. Me siento en los últimos días de mi vida, como si sólo hubiera pasado un año y estoy aquí desnudandome ante la muerte, me aferró a ella con ambas manos, soy incapaz de dejar de sentirme insuficiente incluso estando sobria, fresca o consciente. Me desgarra, me asfixia y me mata, mis músculos son de papel y mis emociones vidrios que se van rompiendo cortando mi alma. Ven a salvarme, sácame de esta absurda realidad, no por esto seré atea o creyente, pero en realidad es una muerte anunciada. Seré parte de aquellos viejos los Nasar, a quienes antes de que el filo frío de sus transparentes cuchillas de mano no se comparan con el mismo dolor de vivir. Vamos, sólo soy una adolescente, no tengo porqué crecer tan rápido y mucho menos morir, ¿Será esto causa de una dosis diaria de nicotina? No me creía tan dulce e inocente. Me despido, recordando aquella carta de suicidio que lastima mi sangre, equivocandome con el punto y coma la con la poesía ahora como enemiga quizás. El cielo puede esperar.