3
Fiché todas las ventanas y puertas, pero siento que es vano. No tengo ningún plan para llevar acabo y si bien "salió" todo bien por ahora, no me quedaré aquí por siempre.Además odio como el se refiere hacia mí y me habla, me da asco, me molesta.
Si es un hombre que me conoce de lejos y quería acercarse, lo hubiera hecho como una persona normal y listo, no hacia falta hacer todo esto.
Seguiamos en el lujoso comedor. Él hablaba y hablaba... a decir verdad no le escuché todo lo que dijo. Me contó un par de cosas de su empresa donde el es el jefe, algo de una casa en la playa, y tantas cosas más a las que yo solo asentía.
- Me está molestando que no me prestes atención, Eloísa
- ¿Qué? -- Demonios, pensé que estaba siendo lo suficiente atenta, al menos pareciendolo.
- Te estoy hablando y tu solo asientes. Háblame, cuéntame algo tu también.
Sus palabras se escuchaban heridas.
- Disculpa... sí te estuve escuchando, pero no sé que contestarte.
- Lo que sea pero contéstame.
Se puso muy intenso, me asusta.
- Esta bien, perdón.
- Como decía... me gustaría saber qué animales te gustan.
- ¿Para qué?
- Para algo.
- ¿Me gustan los gatos? -- Dije confundida.
- Bien. Gracias, hermosa.
Nuevamente me quedé callada mirando el lujoso techo.
- Contesta.
- Si, de nada.
- Muy distraída eres, mi amor.
- ¿Ya puedo preguntarte porqué estoy aquí? ¿Quién eres?
Antes de decir algo, se quedó callada por varios segundos mientras me miraba.
- No te diré nada de mí todavía, amor.
- ¿Tu nombre?
- El amor de tu vida.
- Muy largo.
- Que encantadora.
- En serio, dime algo. Al menos dime porqué estoy aquí. ¿Me dejarás ir?
Su semblante cambió y frunció su entrecejo.
- Estás aquí porque soy incapaz de dejarte en paz, Eloísa. Y por supuesto que no te dejaré ir, eres mia.
- ¿Puedo ser tuya a distancia?
- Que ocurrencias tan graciosas tienes. Me alegra que no te lo estés tomando mal.
Me lo estoy tomando muy mal pero burlarme de la situación me ayuda a enfrentarla.
No creo que me esté ayudando mucho.- Yo sabía que ibas a estar mejor conmigo que con cualquier otro.
Lo que dijo me hizo enojar. ¿Por qué supone ese tipo de cosas? Delusional.
Puse los ojos en blanco y me crucé de brazos.
- No me revolees los ojos.
- ¿Te importa? -- Dije sumamente molesta.
- ¿Disculpa?
Volví a mirarlo y se lo veía enojado. Controlaría más mis emociones si supiera con quien estoy.
No dije nada.
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Obsesionado
HorrorDesde el primer momento que la ví me atrapó, no había forma de olvidarla. Cabello rebelde, labios rojos, y esa increíble palidez intocable que no abandona mi mente. No descansaré hasta que seas mía, como siempre tuvo que ser. Esta historia es comple...