XXIII

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23

Después de prepararle la merienda a mi amada y de comer tranquilos. La traje conmigo a la oficina para que me haga compañía mientras termino de firmar unos papales.

Ella se encontraba leyendo un libro a la par mía en lo que yo tecleaba en mi computador.

No me da confianza que esté cerca de dispositivos que pueda usar para pedir ayuda, pero sé que no intentará nada después de la última vez, no le conviene.

Le enviaba unos mails a su propio padre por cuestiones de la empresa en sus narices. Tenía que hacerme cargo de la nueva empresa que ahora estaba en mi mando.

Ella se podrá enojar, pero la empresa está mucho mejor en mis manos que en las de su padre.

Da igual, de todas maneras todo de ella me pertenece ahora. Es increíble como puedes arrebatarle la vida a alguien en segundos, pero bueno.





?

Busqué absolutamente por todas partes.

No está en ningún lado, estoy entrando en desesperación. ¿Cómo puede ser que no la encuentre?

La extraño un montón, esa pulsera es lo único que me hacía sentir cerca de ella.

- Mami, ¿enserio no sabes donde está la pulsera de Eloísa?

- No, pequeña. Lo lamento.

Me crucé de brazos y unas cuantas lagrimas quisieron salir, el abrazo de mi madre me contuvo rápidamente.

- La hemos buscado por todos lados, ya la encontrarás. No te preocupes.

Supongo que sí, si mi mamá lo dice entonces es cierto.

Lástima que no esté Elo aquí, ella siempre encuentra mis juguetes a tiempo cada vez que los pierdo, pero no sé donde está ahora. Hace mucho tiempo no la veo, la extraño.

Mis papás no quisieron decirme a donde se fue, me dijeron que está de vacaciones. Lo malo es que desde que ella se fue todo aquí es un desastre. No pueden mentirme, hace unos días cuando fui al parque con mi madre juré haber visto un volante de persona desaparecida con la cara de Eloísa en un árbol, pero mi madre me ignoró y me llevó a otro lado, no pude asegurarme de lo que había visto.

Algo anda mal aunque no pueda saber exactamente qué. Por ser pequeña me ocultan cosas, o al menos eso solía decirme mi hermana.

Ni siquiera puedo utilizar el teléfono de mi padre porque todo el tiempo está haciendo ''llamadas importantes'' con aquel ridículo hombre. Es solo otro empresario tonto, aunque él me da mucho miedo.

Lo pude ver una vez en el trabajo de papá, es gigante. No puedo burlarme de él con Elo porque no está, no lo pudo ver.

Por culpa de esas llamadas ya no me presta su teléfono y no puedo jugar jueguitos.

Me dispuse a sentarme en la cama de mi hermana, se volvió rutina desde su ausencia. Sin ella todo se siente vacío, con ella todo tenía color y ahora todo es... feo y triste.

¿Por qué se habrá ido? mamá dijo que tal vez con unos amigos, pero cuando la oí hablar con papá no parecían calmados, están tristes, como yo.

Traté de levantarme de la cama pero terminé tropezando con una caja que se encontraba debajo de esta.

Curiosa la tomé y vi su contenido.

Papeles escritos, creo que se les dice cartas, esas que dedicas a personas que quieres.

Oh, tal vez mi hermana me hizo un mapa del tesoro que lleva a donde está ella, o me dejó una carta de despedida y se olvidó de dármela. ¡Qué divertida! ella siempre tiene ideas para divertirnos.

ObsesionadoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora