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Pasó un día desde la revelación de mi
acosador.

Las llamadas extrañas pararon en algún momento, lo cual me tranquilizó. Fueron muy insistentes en unos 8 meses al menos, pero como dije, pararon. Esto pasó hace 1 año, y el lleva detrás mío 2.

Me pone los pelos de punta recordar esas llamadas en plena madrugada, ahora es peor sabiendo que todo este tiempo fue él.

Después de aquella cena, yo me
quedé callada toda la noche, y a la
mañana siguiente solo lo ignoré, y
por alguna razón el no insistía tanto,
solo me daba una de sus aterradoras
miradas.

Lo bueno era que no me había encerrado en la habitación de nuevo.

Sus palabras fueron "Estaré en mi
oficina" y desapareció entre los oscuros pasillos.

Aproveché que no me había puesto bajo llave para salir de la habitación.

En silencio y con cuidado salí, aunque la verdad no me importaba si el me escuchaba o no, de todos modos no estaba haciendo nada malo, solo quería conocer el lugar.

Tal vez encuentre algo para protegerme o escapar, no sé.

Si bien quiero escapar e imaginé miles de escenas en mi mente sobre eso, aunque lo logre no se donde me encuentro.

¿Qué tal si salgo y es todo confuso como para poder movilizarme? Podría estar horas afuera y por lo poco que he visto era todo un bosque nevado, blanco y repleto de nieve.

El bosque era enorme y se apreciaba a kilómetros, parecía no tener fin, al menos desde mis ojos.

Dejé de mirar la ventana e intenté caminar como pude, me seguía doliendo el pie pero ya estaba mejor.

Mis ganas de salir adormecian el dolor.

El pasillo era largo y oscuro, lo único que lo iluminaba era la luz del día. Todas las luces apagadas y las que estaban prendidas eran muy suaves.

Me gustaba esa iluminación, en mi casa siempre apagaba todo y dejaba lo mínimo encendido, odio mucha luz.

Me pregunto si el notó eso también para hacerlo aquí.

Llegué a una de las puertas de madera del pasillo que estaba medianamente abierta y ahí estaba él. Echado en su asiento frente al escritorio con una copa de algo anaranjado en sus manos.

Él miraba a la nada y no se percató de mí presencia, lo miré unos segundos para luego seguir mi camino

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Él miraba a la nada y no se percató de mí presencia, lo miré unos segundos para luego seguir mi camino. Al final del pasillo se encontraban las escaleras.

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