21
Me desperté completamente mareada y sin idea de donde estaba. Intenté levantarme para ir al baño pero Alexander me tomó de la cintura y me atrajo con rudeza hasta él.
- No te vayas.
- Necesito ir al baño.
Escuché un suspiro fuerte en mi nuca y me soltó con desgano.
Me levanté con cierto ardor en mi entrepierna y cuando puse un pie en el suelo este se dobló con la rigidez del suelo y casi caigo. Pude sostenerme sin llamar la atención pero caí en cuenta de que no iba a poder caminar por el dolor.
Me puse el vestido que llevaba puesto ayer mientras veía qué podía hacer. Sin embargo, sin haberme dado cuenta Alexander ya estaba parado frente a mí haciéndome señas para alzarme como si fuera un bebé.
- Ven, bebé. Te llevo.
Sin esperar mi respuesta simplemente me alzó y caminó hasta el baño. No entiendo como puede levantarme tan normal si en realidad soy pesada.
Su torso desnudo me ponía incómoda y no me gustaba en lo absoluto tenerlo cerca.
Me dejó en el baño y me sostuve del lavamanos para no caerme. La pierna ya no me dolía tanto pero mantenerme de pie o estar en un buen ritmo para caminar era difícil. Le cerré la puerta en la cara y puse bajo llave, no quería que entrara como las otras veces.
Me lavé la cara y sentí repulsión y asco al ver todas las marcas que me viene haciendo. Las ganas de vomitar no esperaron y tuve que vomitar en el lavamanos.
Es asqueroso, odio todo lo que venga de él. Lo que no me favorece en nada es que soy una persona muy nerviosa y cualquier cosa me pone mal, no estoy soportando nada.
Intenté caminar un poco hasta el excusado y cuando pude orinar me ardió todo, era un dolor muy feo de irritación, no quiero ni verme.
Un par de lagrimas salieron de mis ojos y pensé en bañarme, pero no sabía si él iba a entrar o iba a querer bañarme él, cosa que odiaría y por supuesto no voy a permitir.
Como si supiera que estoy hablando de él, tocó la puerta e intentó abrirla, lo cual no pudo porque estaba bajo llave.
- ¿Por qué te encierras, Eloísa? -- dijo del otro lado de la puerta.
Dejó de intentar abrirla y a los segundos pareció abrir la puerta con otra llave. Entró enojado y se dirigió a pasos fuertes hasta mí.
- Perdón, quería un poco de privacidad.
- No te vuelvas a encerrar, Eloísa. -- dijo frustrado.
- Perdón.
- Está bien, que no se vuelva a repetir.
Se quedó parado en medio del baño mirándome, ni crea que voy a hacer mis necesidades aquí con él.
- Necesito bañarme. -- dije intentando que se vaya.
- Okey. Báñate.
Cruzó los brazos y se apoyó en la pared esperando por algo, seguramente que me desvista.
- ¿Puedes irte?
No me contestó nada y solo se quedó mirándome.
- Por favor.
Caminó hasta mí y me tomó del cuello impulsándome hacía él.
- No te demores. Te amo.
Me dio un beso en los labios y me soltó para luego irse.
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Obsesionado
HorrorDesde el primer momento que la ví me atrapó, no había forma de olvidarla. Cabello rebelde, labios rojos, y esa increíble palidez intocable que no abandona mi mente. No descansaré hasta que seas mía, como siempre tuvo que ser. Esta historia es comple...