Mía Martínez
Las gradas de Olympic de Montjuïc vibraban con la emoción del partido, pero mi atención se centraba en el campo, donde el Barça había sufrido una derrota desalentadora. La frustración se reflejaba en los rostros de los jugadores, y entre ellos, Ferran Torres destacaba con su gesto serio y mirada concentrada.
Después del pitido final, decidí quedarme unos minutos en mi asiento, observando cómo Ferran se dirigía hacia los vestuarios junto al resto del equipo. La multitud se dispersaba, pero yo permanecía allí, dividida entre el deseo de acercarme a él y la conciencia de la imposibilidad de hacerlo.
La noche estaba cargada de tensiones, pero la perspectiva de encontrarme con Ferran después del partido me llenaba de emoción.
Cogí mi móvil y le mandé un mensaje a Ferran.
"No te desanimes, Ferri. Es la primera derrota de la temporada, pero eso no significa que todo vaya a ser así después. Te quiero, y te espero con mucha emoción está noche ❤️"
Al encender las velas y preparar la cena, la espera se volvía más dolorosa. La derrota del equipo aún flotaba en el aire, y la ausencia de Ferran añadía una capa de decepción a la noche.
El timbre nunca sonó, y la luz del salón iluminaba mi desilusión. Miré la pantalla del teléfono, buscando alguna explicación, pero las palabras no llegaron. La televisión mostraba los momentos destacados del partido, pero mi atención estaba lejos de allí.
Me sumergí en un silencio que hablaba más fuerte que las palabras, cuestionando la conexión entre nosotros y enfrentándome a la realidad de que incluso en los momentos difíciles, algunos encuentros no se cumplen.
El silencio del apartamento se rompió con el tono insistente de mi teléfono. Con una mezcla de preocupación y esperanza, realicé la llamada, solo para enfrentarme al sonido vacío del buzón de voz. Mis dedos se movieron rápidamente para marcar de nuevo, pero esta vez, el teléfono quedó sin respuesta.
La inquietud creció en mi interior, y decidí enviarle un mensaje a Ferran, preguntando si todo estaba bien. Sin embargo, la respuesta que recibí fue como un golpe inesperado.
"Déjame en paz, Mía. Estoy con Sira y no quiero que me interrumpan."
Las palabras paralizaron mis pensamientos, la realidad se volvía más clara con cada letra. La frustración y la molestia se entrelazaron en mi mente mientras intentaba procesar el mensaje. ¿Por qué había decidido ignorar nuestra cita, nuestra conexión?
El nudo en mi estómago apretaba más fuerte, y una sensación de decepción se apoderó de mí. Respiré profundamente, luchando contra las lágrimas que amenazaban con escaparse. Decidí responder, dejando que la frustración se reflejara en mis palabras.
"Si eso es lo que quieres, Ferran, no os molestaré más. Que disfrutes tu noche."
Con un suspiro profundo, cerré el teléfono, dejando que la habitación absorbiera la realidad incómoda. El brillo de las velas y el silencio de la noche contrastaban con la tormenta de emociones que se desataba en mi interior.
ESTÁS LEYENDO
𝗗𝗼𝗯𝗹𝗲 𝗩𝗶𝗱𝗮 || Ferran Torres
RomanceCuando conoces a alguien una noche de fiesta y empiezan a salir juntos, es natural ilusionarse y pensar que esa persona podría convertirse en tu pareja. Sin embargo, a veces el destino tiene otros planes. A pesar de la esperanza y las expectativas...