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Mía Martínez

El suave tintineo del timbre me sacó de mis pensamientos mientras me encontraba recostada en el sofá, repasando mentalmente cómo mi vida estaba cambiando con la llegada del bebé. Me levanté con un suspiro y fui a abrir la puerta, encontrándome con Katya frente a mí, con una expresión de preocupación en su rostro.

- ¡Hola, Mía! - dijo Katya con entusiasmo, pero su tono de voz revelaba cierta tensión - ¿Podemos hablar un momento?

- Por supuesto, pasa - respondí, intentando mantener la calma mientras la dejaba entrar en mi apartamento.

Nos sentamos en el sofá, y el silencio se prolongó por un momento incómodo antes de que Katya rompiera el hielo.

- He sentido que estás un poco distante últimamente - comenzó Katya, mirándome directamente a los ojos - Me preocupa que algo esté pasando y no me lo hayas contado.

Sus palabras resonaron en mi mente, y supe que era el momento de abordar el tema que había estado evitando. Respiré profundamente y decidí ser honesta con ella.

- Katya, hay algo que necesito decirte - comencé, reuniendo mi valentía mientras buscaba las palabras adecuadas - Ha habido un cambio importante en mi vida recientemente, y quería hablarte sobre ello.

Katya frunció el ceño, claramente intrigada por mi declaración.

- ¿Qué tipo de cambio? ¿Estás bien?

Asentí con solemnidad, sabiendo que no había vuelta atrás.

- Estoy embarazada - le dije, manteniendo mi mirada firme mientras esperaba su reacción.

Mantuve la mirada fija en Katya mientras ella procesaba mi revelación, y su siguiente pregunta cortó el aire con tensión.

- ¿Es de Ferran? - preguntó con cautela, sus ojos buscando los míos en busca de una respuesta.

Tomé una pausa, sintiendo el peso de la verdad contra mi conciencia. Aunque finalmente, decidí mentir.

- No - respondí con firmeza, aunque me costó mantener la mirada en sus ojos - No es de Ferran.

Un suspiro de alivio escapó de los labios de Katya, y pude ver la tensión en sus hombros disminuir.

- Menos mal - dijo con un tono de alivio - Ahora se va a casar con Sira, y esto podría arruinarlo todo. Además, Sira no se merece esto.

La furia burbujeó dentro de mí ante sus palabras. ¿Cómo podía pensar solo en las consecuencias para Ferran y Sira, sin siquiera considerar la situación que yo enfrentaba?

- En el caso de que este bebé fuera de Ferran, tampoco se merecería quedarse sin padre - respondí con voz firme, mi frustración palpable en mis palabras - Eso no sería solo un problema para Ferran y Sira, Katya. Yo también tendría que tomar decisiones difíciles sobre mi vida y la de mi bebé.

Katya me miró con sorpresa, como si no esperara que respondiera de esa manera.

- Mía, entiendo que las cosas entre nosotras han estado difíciles últimamente - comenzó Katya, su tono suavizándose ligeramente - Pero eso no significa que no pueda tener otras amistades. Se que te fastidia que ahora me hable con Sira, pero ella ha estado ahí para mí en momentos en los que necesitaba apoyo, al igual que tú solías estarlo.

Me tomó un momento procesar sus palabras. A pesar de la tensión entre nosotras, reconocí que Katya tenía derecho a cultivar nuevas amistades y buscar consuelo en otros en mi ausencia.

- Lo entiendo - respondí finalmente, sintiendo una oleada de resignación - Pero eso no significa que no me duela ver cómo te alejas de mí. Yo no soy nadie para decirte quién tiene que ser tú amigo o no, pero sabiendo todo lo que he sufrido por ella, ¿no podrías haberlo evitado? Eres mi mejor amiga - dije crispada.

𝗗𝗼𝗯𝗹𝗲 𝗩𝗶𝗱𝗮 || Ferran TorresDonde viven las historias. Descúbrelo ahora