Dos meses más tarde...
Mía Martínez
- Mía, ¿estás bien? - preguntó mi hermana mientras tocaba la puerta del baño.
Suspire y miré el retrete. Acaba de vomitar todo mi desayuno ahí.
- Si - dije con un hilo de voz.
Me levanté del suelo y me lavé los dientes. Una vez había acabado salí del baño y ahí se encontraba mi hermana de brazos cruzados.
- Mía, a Katya la puedes engañar, pero a mí no. Así que dime qué te pasa de verdad porque yo no me creo lo de la gastroenteritis - dijo seria y yo simplemente volví a suspirar.
- Ven al salón y te lo cuento, necesito sentarme - dije caminando hacia el gran sofá blanco.
Mi hermana se sentó frente a mi mientras me cogía las manos en forma de apoyo.
- Prométeme que no se lo vas a contar a nadie, Ana - dije agobiada.
- Yo te guardo el secreto, Mía. Solo cuéntamelo - dijo y me dio una pequeña sonrisa.
- Pues ahí voy, estoy embarazada - dije y cerré los ojos.
- ¿Como? - preguntó confundida.
- Mejor te cuento la historia de como me enteré - dije haciendo una mueca.
Y mi hermana asintió anonadada.
Dos semanas antes
Desperté con una sensación extraña, como si algo estuviera fuera de lugar. Mi mente revivió el último mes y medio, un período en el que me había enfocado en mi trabajo y en mí misma, tratando de dejar atrás la complicada relación con Ferran. Sin embargo, algo en mi interior me impulsó a prestar atención a las señales que mi cuerpo enviaba.
Intrigada por una ligera incomodidad y la ausencia de un evento mensual crucial, decidí poner fin a la incertidumbre y fui a la farmacia en busca de un predictor.
- Buenas tardes, ¿en qué puedo ayudarte? - preguntó la farmacéutica amablemente.
- Necesitaría un test de embarazo, por favor - dije con una sonrisa nerviosa.
- Claro, aquí tienes. ¿Esperas algún resultado en particular? - dijo dándome la pequeña caja rectangular.
- Solo quiero confirmar algunas cosas.
Pagué, me despedí de la farmacéutica y me fui lo más rápido que pude hasta mi casa. Me metí rápidamente en el baño e hice el test, después de leer las instrucciones.
La espera fue ansiosa, y mientras observaba las líneas reveladoras, mi pulso se aceleró.
- Esto no puede estar pasándome a mí - dije poniéndome las manos en la cara.
El resultado no era el que esperaba, y una mezcla de emociones me invadió. Era un momento decisivo, una encrucijada inesperada en mi vida que cambiaría mi perspectiva. Con el predictor en la mano, me enfrentaba a la realidad de un posible giro en mi camino.
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𝗗𝗼𝗯𝗹𝗲 𝗩𝗶𝗱𝗮 || Ferran Torres
RomanceCuando conoces a alguien una noche de fiesta y empiezan a salir juntos, es natural ilusionarse y pensar que esa persona podría convertirse en tu pareja. Sin embargo, a veces el destino tiene otros planes. A pesar de la esperanza y las expectativas...