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Mía Martínez

Me encontraba frente Hotel Reconquista en el corazón de Oviedo, con una mezcla de nerviosismo y expectación revoloteando en mi interior.

Respiré hondo y me dirigí hacia la entrada del hotel, consciente de que estaba a punto de enfrentarme a una situación incómoda.

Tras confirmar por un mensaje el número de la habitación de Ferran, me dirigí hacia el ascensor con pasos vacilantes. Las puertas del ascensor se abrieron lentamente, revelando un interior iluminado por una tenue luz, y me adentre en su interior, sintiendo el pulso acelerado por la anticipación.

Al llegar al piso indicado, salí del ascensor y camine por el pasillo, buscando el número de habitación que Ferran me había dicho.

Finalmente, encontré la puerta y, después de un momento de duda, toque suavemente.

La puerta se abrió lentamente, revelando a Ferran, con una expresión de sorpresa y con una sonrisa en su rostro.

- Hola, Mía. No esperaba que fueras a venir - dijo él, su voz cargada de emociones encontradas.

- Hola, Ferran. Después de mucho pensarlo he decidido venir - respondí, devolviéndole la mirada.

La atmósfera entre nosotros era tensa, como si el peso de nuestras conversaciones pasadas aún se cerniera sobre nosotros.

Ferran dio un paso hacia atrás para permitirme entrar, y cruzó el umbral de la habitación con nervios. El ambiente era tenso, lleno de palabras no dichas y emociones contenidas.

- ¿Cómo estás? - pregunté, rompiendo el incómodo silencio que nos rodeaba.

Ferran suspiró, pasando una mano por su cabello desordenado.

- Confundido - admitió con sinceridad.

Respiré hondo, reuniendo valor para enfrentar la conversación que tanto temia.

- Yo también, pero necesitaba verte para aclarar las cosas entre nosotros -  comencé, con palabras cuidadosamente elegidas - Hay tantas preguntas sin respuesta y tantas emociones sin resolver...

La habitación parecía encogerse a su alrededor mientras Mía y Ferran se sumergían en una conversación franca y honesta, confrontando los fantasmas del pasado y buscando la claridad en un mar de incertidumbre. Aunque la situación era incómoda, sabían que era necesario enfrentarla para seguir adelante.

Senti un nudo en el estómago al escuchar la confesión de Ferran. La revelación de que Sira le había sido infiel y que el bebé que creía suyo no lo era me golpeó como un puñetazo en el pecho.

- ¿Y por que te mintió? ¿Que necesidad había? - pregunté confundida.

- Creo que no quería que estuviera contigo. Yo creo que a ella ya le gustaba alguien más, que supongo que será el padre de Leo. Pero su orgullo era más grande y no quería que yo la dejara para quedarme contigo - suspiro pasando sus manos por si cabeza - Chantajeó a su padre y ne tenía amenazado. Encima como era el seleccionador de la Selección Española, me dijo que si la dejaba que me iba a olvidar de esta convocado con la selección.

- ¿Cómo... cómo pudiste ocultármelo? Podías habérmelo comentado -  pregunté, con mi voz en apenas un susurro cargado de incredulidad y dolor.

Ferran bajó la mirada, incapaz de sostener su mirada.

- Lo siento, Mía. No quería que te enteraras de esta manera, pero aunque te lo hubiese intentado explicar antes no me habrías creído - murmuró, la vergüenza y la culpa pesando sobre él.

𝗗𝗼𝗯𝗹𝗲 𝗩𝗶𝗱𝗮 || Ferran TorresDonde viven las historias. Descúbrelo ahora