𝗗𝗼𝗯𝗹𝗲 𝗩𝗶𝗱𝗮 || Ferran Torres

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Mía Martínez

Mientras caminaba por el pasillo de mi apartamento en Barcelona, vi a Ferran sentado en el sofá, jugando con Abril en sus brazos. La simple imagen de verlos juntos me llenó de calidez y felicidad.

Después de regresar de Asturias, Ferran y yo habíamos decidido volver a salir juntos, y estaba agradecida de que él estuviera tan presente en la vida de nuestra hija. Aún así lo que teníamos no era nada serio, ni oficial, pero era mejor que la relación que teníamos de amantes.

Me acerqué y Ferran levantó la mirada, mostrando una sonrisa radiante al verme. Abril, ajena a todo, continuaba moviendo sus regordetas piernecitas.

Me senté a su lado y Ferran me rodeó con un brazo, atrayéndome hacia él.

- ¿Cómo fue el viaje? - preguntó con su voz llena de cariño.

- Genial, pero echaba de menos Barcelona - respondí, apoyando mi cabeza en su hombro.

- ¿Solo Barcelona? - preguntó alzando una ceja mientras me abrazaba más fuerte.

- Bueno, no solo Barcelona - dije y nos reímos juntos.

Ferran acarició mi cabeza suavemente y luego miró a Abril con ternura.

- Me alegra que estemos juntos de nuevo. Y estoy encantado de conocer más a fondo a esta pequeña - dijo, sonriendo mientras señalaba a Abril.

Asentí con una sonrisa, sintiendo una oleada de gratitud por tener a Ferran a mi lado. Estaba emocionada por lo que el futuro nos deparaba, sabiendo que juntos podríamos superar cualquier obstáculo que se presentara en nuestro camino.

- Ferran, necesito hablar contigo sobre algo importante - le dije a Ferran mientras me apartaba un poco de él.

Ferran frunció el ceño ligeramente, notando la seriedad en mi tono.

- ¿Qué pasa, Mía? ¿Todo está bien? - preguntó, su preocupación se reflejaba en sus ojos.

- Sí, sí, todo está bien. Es solo que... he quedado para cenar con Leandro esta noche - confesé, sintiéndome un poco nerviosa por su reacción.

La expresión de Ferran cambió ligeramente, su semblante se volvió más serio mientras procesaba la información.

- ¿Leandro? ¿Por qué? - preguntó, con una nota de desaprobación en su voz.

- Bueno, Leandro y yo somos amigos, y quería hablar con él sobre algunas cosas... - traté de explicar, buscando las palabras adecuadas para no herir sus sentimientos.

Ferran suspiró, evidentemente incómodo con la idea.

- No me gusta mucho la idea de que salgas con él - admitió, su tono de voz demos

- Lo sé, Ferran, pero es importante para mí. Prometo que no será una cena larga - le aseguré, poniendo una mano en su brazo en un gesto de tranquilidad.

Ferran asintió, aunque aún parecía un poco renuente.

- Está bien, entiendo. Solo... ten cuidado, ¿de acuerdo? - dijo, mirándome con seriedad.

Le sonreí con gratitud, apreciando su preocupación por mí.

- Lo estaré, te lo prometo - respondí, antes de darle un rápido beso en la mejilla.

Fui hacia la cocina y le preparé el biberón a Abril, mientras se lo daba vi como Ferran revisaba su teléfono.

Una vez se acabó el biberón, le entregué a Abril con cuidado, asegurándome de que estuviera cómoda en sus brazos.