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Mía Martínez

Tras varios minutos de intensa reflexión, decidí que enfrentar la conversación con Ferran era inevitable. Necesitaba liberar las emociones que me ataban y expresar la verdad que pesaba en mi pecho. Acepté su propuesta de vernos, no porque estuviera lista para perdonar, sino porque la necesidad de poner fin a la incertidumbre se volvía abrumadora.

Respondí con un simple.

- Está bien. Podemos quedar cuando quieras.

La anticipación y la ansiedad se mezclaban mientras esperaba su respuesta. ¿Cómo sería encontrarse con él después de todo lo sucedido?

Pocos minutos después, recibí un mensaje con la ubicación y la hora del encuentro. Respiré hondo, preparándome para la confrontación emocional que estaba por venir.

 Respiré hondo, preparándome para la confrontación emocional que estaba por venir

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Nos encontramos en un lugar neutral, un café tranquilo que solíamos frecuentar. La tensión flotaba en el aire mientras Ferran se sentaba frente a mí. Sus ojos buscaban respuestas en los míos, pero mi mirada era un reflejo de la tormenta interna que aún persistía.

- Mía, necesito que sepas que...

Lo interrumpí, decidida a tomar las riendas de la conversación.

- Ferran, no quiero escuchar excusas ni justificaciones. Necesito que escuches lo que tengo que decir.

Suspiró, asintiendo con la cabeza, reconociendo que esta vez debía ser yo quien marcara el tono de la conversación.

- Lo que sucedió la otra noche me dolió, Ferran. No puedo seguir siendo parte de esta situación complicada. Necesito más que promesas vacías y momentos robados. Necesito ser la elección, no la opción B.

Sus ojos se llenaron de pesar mientras absorbía mis palabras. La verdad, cruda y sin adornos, resonó en el silencio que se instaló entre nosotros.

- Lo entiendo, Mía. He cometido errores, y lamento el daño que te he causado.

La batalla interna se reflejaba en sus ojos, pero esta vez yo tenía el control. Era mi turno de decidir el rumbo de mi vida.

- Las disculpas no cambian nada, Ferran. Necesito espacio para sanar y encontrar lo que realmente merezco. No puedes seguir jugando con los corazones de dos mujeres.

Nos quedamos en silencio, las palabras flotando en el aire como una conclusión no hablada. Ferran asintió, reconociendo la verdad en mis palabras. La decisión estaba tomada, y aunque la tristeza y la resignación llenaban la atmósfera, también había un atisbo de liberación.

Ferran bajó la mirada, reconociendo la verdad en mis palabras. Cuando finalmente habló, sus palabras llevaban un atisbo de honestidad que no había mostrado antes.

- Mía, entiendo que mis acciones te han herido profundamente, y lo lamento. Pero necesitas saber que lo que siento por ti es real. Estoy atrapado en una situación complicada con Sira debido a que su padre el seleccionador de la selección, no puedo dejarla y decirle la verdad. Pero mi corazón siempre te ha pertenecido a ti.

𝗗𝗼𝗯𝗹𝗲 𝗩𝗶𝗱𝗮 || Ferran TorresDonde viven las historias. Descúbrelo ahora