Capítulo 3: The Lakes

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03 de agosto, 2023

Querido Diario...

Sigo siendo una creyente, pero no sé por qué. Jamás he hecho nada con naturalidad, todo lo que hago es esforzarme y volverme a esforzar. Hoy fue un día malo. No tan malo como fue volver a la escuela despúes de todo lo que pasó este verano, pero malo de todas formas. No sé que estoy haciendo mal. Creo que, no sé quien soy. Yo...siempre he querido que me amen. Y creo que eso ha hecho que, que deje de ser yo misma a un punto en el que, realmente no sé donde termina lo que quieren de mí, y lo que yo realmente soy. No sé donde terminan los otros y comienzo yo. Puedo cambiar todo de mí, para encajar en...En todos.

Yo no puedo, todos se van a casa cuando termina la fiesta, pero yo sigo en mis puntitas, tratando de ser notada. Y no sé como parar. No sé cuando comenzó, NO SE NADA.

Parezco una persona inteligente, pero no sé nada ni de mi misma. ¿Como se supone que viva así?

No pasó nada en especal. Solo estoy teniendo una tipica crisis existencial de viernes. Cuando todos están de fiesta, yo estoy escondida en mi atico, escribiendo y llorando.

Ni siquiera he hablado con nadie sobre esto. Soy un jodido desastre.

-Te encontré.-

Augustine saltó de su lugar, y su corazón se paró como por dos segundos cerrados.

-Maldita sea, Willow.- Se puso la mano en el pecho.-Casi me malditamente matas del susto.-

-¿Que haces aquí arriba?.- Willow se acercó y cuando pudo ver mejor a la chica entendió. Su rostro estaba empapado y escondía un cuaderno con flores entre sus manos.

Se sentó con ella

Solo estuvo ahí unos minutos. Agustine estaba callada. Le secó las lágrimas con la manga de su suéter negro.

-¿Hay algo que pueda hacer?.- Ella negó con la cabeza. Sorbió la nariz.

Willow sentía impotencia de no poder ayudar. Pero entendió que tenía que resolver algunas cosas en solitario.

-¿Quieres hacer galletas chai?.- Intentó. Augustine sonrió. Misión cumplida.

-La ultima vez mamá nos regañó.-

-Augustine, usaste literalmente toda la mantequilla. Del mes.-

-¡Eso decía la receta!.-

-Y luego tuvimos que botarlas porque no quedaba harina para compensar tales medidas. Tu profesor de matemáticas debe estar más que despedido.-

-Willow, tenemos la misma edad y vamos a la misma escuela. Tenemos el mismo profesor.-

-Es cierto, entonces la inútil debes ser tú.- Willow miró a su hermana con una sonrisa desafiante. Cuando la miró de vuelta, ambas echaron a correr escaleras abajo. Augustine tras Willow. Como si tuvieran 7 años otra vez. Tal y como lo hacían desde que tenían memoria.

-¡Cuando te atrape verás!.- Ambas reían.

Corrían por la antigua casa que era su hogar. Estaba llena de cuadros de su padre, y flores del jardín de su madre. Velas y libros en rincones. No estaba muy ordenado, pero todo estaba siempre limpio. Atravesaron la sala a toda velocidad. Sus amenazas ya no hacían efecto. Ya que eran años de decir que se iban a arrancar los cabellos, cuando todo finalizaba en solo unas cosquillas. O un par de rasguños a lo mucho.

Esa ocasión no fue la excepción. Augustine atrapó a su presa cuando iba doblando a la esquina del pasillo para entrar a la cocina. La tacleó estilo futbol americano.

You're On Your Own KidDonde viven las historias. Descúbrelo ahora