Capítulo 20: Delicate

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Esto no es lo mejor.

Pensó Ivy Jones con el móvil entre sus manos. Sus anillos se serpiente empezaban a sentirse mucho más ajustados de lo normal.

Mi reputación nunca ha sido peor.
Debo agradarle por mí.

Entró al chat de cierta persona que no tenía intenciones de salir de su cabeza en semanas. Iba a escribir. Pero estaba harta de se una cobarde.
Asi que la llamó.

-¿Hola?.- Respondió una suave voz familiar.

-Ray-, d-digo ¡Summer!.- Carraspió.- Hola, ¿como has estado?.-

-Bien gracias.- Rió suave.- Ivy, estamos en receso, ¿Por que me llamas?, puedes buscarme estoy-.-

-Oh, lo sé, lo sé.- La interrumpió.- Pero no quería esperar a verte y no sabía si...Bueno, yo solo quería preguntarte una cosa. Pero ahora que lo dices, sí, ¿Donde estás?.-

-En el tercer piso del ala oeste.-

-Okey voy para allá.-

Cortó la llamada. Tomó su bolso y salió apresuradamente del salón vació.

Aún la miraban al pasar. Como si fuera el diablo en persona. Con miedo, rencor, o curiosidad. Nadie se le había acercado durante todo el año escolar. Solo Summer.

No había visto a Lavender Keller desde hace un par de días. Y Stacy Woods parecía estar nerviosa todo el tiempo. Casi sentía lastima por ella. Por otro lado, Emma Fanning estaba ocultando algo. Ivy Jones lo sabía. No tenía dudas.

La vió salir del despacho del profesor de  historia una tarde. Cuando salió de clases de algebra con Summer. Ella se había ido con su amigo de rulos. Y Ivy decidió salir por la parte de atrás, ya que le quedaba más cerca de esa forma el estacionamiento donde aguardaba su vehículo.

Y ahí estaba Emma Fanning, con la blusa mal abrochada y el pelo despeinado. No dijo nada. Solo la miró mal. Y caminó lejos.

Ivy sonrió.
Un romance con el señor Mayer...
Un secreto así...

Haría lo que fuera para guardarlo.
No se trataba de ser mala persona. Se trataba de saber de que pata cojean todos, para por si en algún momento necesitara algo de ellos. Pueda obtenerlo fácilmente.

Empezó a subir por los escalones del ala oeste. Pensó en sí realmente estaba bien lo que estaba pensando. En si era correcto pedirle a Summer acercarse más a ella.

Porque sabía que era delicado.

-Que idiota.- Se dijo a sí misma entredientes. Pensando en retroceder pero ya estaba ahí.

Al llegar, buscó a Summer con la mirada en el gran pasillo.
Eran los salones de electivos artísticos. Era una escuela con muchísimos recursos. Mucho apoyo del estado de pensilvania.
Ella estaba sentada mirando su celular junto a la puerta.
Al escuchar pasos levantó la vista.

Y sonrió.

Ivy quiso vomitar. Pero de una forma extrañamente agradable. Sentía eso cada vez que Summer le sonreía.
Se levantó y caminó hasta ella.

-Hola.-
-Hola.-
Rieron juntas.
-¿Vas a decirme lo que querías decirme?.-

No podemos hacer ninguna promesa ahora
¿Podemos?

-Sí claro.- Los ojos de la chica le parecían más azules que nunca. Tomó aire.-¿Quieres venir a mi casa?.-

-Oh.- Summer levantó las cejas, sorprendida.

-Verás...- Continuó Ivy.- Anoche estaba caminando por mi vecindario. No podía dormir.- Summer parecía algo confundida.- Y escuché ruidos desde la basura junto al edificio. Me pareció extraño así que me acerqué.-Una pausa.-Y ví un par de orejitas cafés.- Los ojos de Summer brillaron.- Empezó a maullar y entendí que era un gatito.- Summer boqueo por la conmoción. Amaba a los gatos.- Moví un poco las bolsas, asqueroso, ya sé, pero era un gato el que estaba ahí dentro.- Summer rió.- Y lo saqué. Apenas lo sostuve empezó a ronronear como un maldito motor. El desgraciado se apoderó de mí en ese segundo.- Suspiró.- Como sea, tú sabes de gatos, ¿Podrías ayudarme a comprarle todo lo necesario?.-

You're On Your Own KidDonde viven las historias. Descúbrelo ahora