Extra l: Cresent moon, coast is clear

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(13 años antes...)

Willow Lakes 4 años.

Habia luna creciente.
Y estaba jugando a las escondidas con Augustine y James. Parecía que había escojido su escondite demasiado bien. Porque pasaban los minutos y nadie la encontraba en el sótano de aquella casa. A su hermana le asustaba. Puesto que ahí dejaban algunas de las cosas de la antigua dueña de la casa.

A Willow le parecía intrigante. Y pocas veces la dejaban ir a curiosear en esa zona. Ya que era muy pequeña aún.

Willow se aburrió de esperar a que la encontraran. Y comenzó a revisar las cajas y baúles. Encontró vestidos largos. Libros en letras extrañas. Y cuadernos. Muchos cuadernos, todos llenos  de cosas escritas en tinta negra. Con flores dibujadas. Willow había aprendido a leer torpemente hace poco, mucho antes que Augustine. Así que se sentó sobre la caja que estaba revisando y se dispuso a leer. O a intentarlo

"Querido Diario...
Llegué en el tren de la tarde.
Estaba soleado. No se por qué pensé que esta casa me despejaría de St. Louis..."

Willow estaba fascinada, entendió la mitad de lo escrito. Pero la caligrafía era impecable y le quemaba la llema de los dedos las paginas amarillentas del cuaderno. Iba a seguir leyendo pero una fotografía cayó del diario.
La recojió del suelo curiosq y la observó. Estaba en blanco y negro.

Era una mujer con mayas de ballet, inclinada de la mano de un joven que estaba de pié. Parecían estar haciendo una pose, o un paso de baile. Ya que se veían muy elegantes.
La volteo a ver si había algo detrás.

"Rebekah Harkness and Robert Scevers - 1965"

¿Rebekah? ¿Quien es Rebekah?
¿Ese era su esposo?
¿Era bailarina de ballet?
¿Por qué?

La infante estaba muy confundida

-Veo que finalmente encontraste mis cosas.-

Willow se asustó tanto que se escondió bajo una mesa. Y pegó un grito agudo.
Desde ahí preguntó: -¡¿Quién dijo eso?!.-

-Fui yo, niña. Y pensé que tenías preguntas. Estabas muy entretenida en leer mis diarios.-

La curiosidad de Willow fué más fuerte que su miedo. Y se asomó. Solo un poquito

Había una mujer. De unos treinta años. Vestía ropas de colores claros. Un sueter de cuello de tortuga. Y unos pantalones tiro alto. Su cabello estaba muy ordenado, Lo tenía sobre los hombros. Le recordaba a Marylin Monroe.

-¿Eres Marylin Monroe?.-
La extraña mujer se rió.

-¿Marylin Monroe? Oh niña. Es todo un cumplido. Pero no lo soy.-

Willow miró la fotografía que tenía aun en la mano.
Y las comparó. Las contexturas eran la mismas. Y el cabello era practicamente igual.

-Eres...¿Rebekah?.-

-Ding Ding Ding.- dijo en un gesto afirmativo.-Así es.-

-¿Que haces aquí?.-

-He vivido en esta casa antes y despues de morir.-

Willow se le heló la sangre al oir eso. ¿Morir?
Se ve demasiado joven para estar muerta.

-¿Q-que? ¿Vas..Como?, t-tu...no te entiendo, ¿Quieres asustarme?¿quieres lastimarme?.- Tartamudeó la diminuta Willow.

-Oh no. Claro que no.- La mujer (¿fantasma?) Le restó importancia con un gesto de mano.- Se quisiera lastimarte lo habría hecho. Y jamás hubieras sabido que fuí yo.- Bueno esa respuesta no tranquilizaba demasiado a Will.- Estoy aquí para ayudarte.-

You're On Your Own KidDonde viven las historias. Descúbrelo ahora