Los días pasaban rápidamente y Abi se mantenía al lado de Lucca, sin moverse. Sin embargo, no había señales de que él despertara, aunque sus signos vitales se mantenían estables.
Desde Estados Unidos, John la llamaba constantemente para tranquilizarla, asegurándole que las niñas estaban bien y la esperaban con ansias. Les había dicho que su mamá estaba de viaje de negocios. Aunque estaba profundamente dolido y la extrañaba con locura, entendía que había hecho lo correcto al dejarla ir. Su relación no iba a funcionar, especialmente con lo que había pasado con Lucca. La apoyaría en todo lo necesario, tanto por ella como por las niñas, que seguirían siendo como sus hijas.
Antoine y Phillip estaban siempre a su lado, relevándola cada vez que se cansaba, aunque era difícil separarla de Lucca.
Afortunadamente, Marco había regresado con la familia; su madre y el hombre que lo golpeó estaban en prisión.
El niño se había unido mucho a Abi, pasando todo el tiempo con ella y su papá. Aunque no entendía bien lo que había sucedido, Marco no se apartaba de su lado, le hablaba, le contaba cuentos y se iba llorando todas las noches a su casa, temeroso de ser separado de su papá nuevamente.
Era otro día en la nueva vida de Abigail. Después de desayunar en el hotel donde se hospedaba, se bañó y pasó por Marco para ir a ver a su papá.
—Hola, bonito, ¿cómo estás? —lo saludó. El niño, aún medio dormido, le respondió con una sonrisa cansada.
—Hola, Abi. Tengo sueño. Me quedé jugando a los videojuegos con el tío hasta tarde.
—Ese tío Antoine, eres un niño y necesitas descansar.
—Pero no podía dormir, no podía dejar de pensar en papá —respondió con tristeza, casi a punto de llorar. Ella le tomó la mano en señal de apoyo y la apretó suavemente.
—Tranquilo, mi amor. Él estará bien, lo verás. Pronto lo tendremos con nosotros.
—¡Sí! Papá tiene que despertar. Me prometió que iríamos a ver a Beca y Bella otra vez.
—¿Te divertiste mucho con ellas? —le preguntó Abi, pensando en cómo un niño tan bueno podía salir de una madre tan mala. Sin duda, Lucca había hecho un gran trabajo con su hijo.
—¡Sí! Nos hicimos muy buenos amigos. Jugamos mucho y prometimos hacer una pijamada la próxima vez.
—Eso es algo que ellas adoran. Aman las pijamadas —comentó Abi con una sonrisa tierna.
Llegaron a la clínica y entraron en la habitación de Lucca, pero él no estaba allí. Asustada, corrió por toda la clínica, temiendo lo peor, hasta que encontró al médico, quien la tranquilizó.
—Hola, señorita Moreno. No se preocupe, llevamos a Lucca a hacerse unos estudios.
—¿Cómo está él, doctor? —preguntó Abi, con la voz temblando.
—No tengo buenas noticias, señorita.
—No me diga eso, por favor —respondió, al borde de las lágrimas.
—El hemisferio izquierdo de su cerebro sufrió una lesión. Si llega a despertar, tendrá que reaprender a caminar, hablar, comer y realizar otras funciones motoras.
—No lo puedo creer —Abi comenzó a llorar desconsoladamente, pasándose las manos por el cabello con desesperación.
—Tranquila, señorita. Lo positivo es que, con una buena rehabilitación, podrá llevar una vida normal.
—¿Puedo verlo?
—Claro. Ya lo están llevando a su habitación. Verla le hará mucho bien; él sabe que está a su lado, la debe querer mucho.
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Un Matrimonio Por Conveniencia #PGP2024
RomanceAbigail Moreno, hija de una adinerada familia, debe contraer matrimonio con el frío y maléfico Lucca Chiaraviglio, para así salvar a su familia de la ruina. Sin embargo, las cosas con Lucca empiezan muy mal, a pesar de enamorarse a primera vista, a...