Capitulo 1 : En La Ruina.

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Abi era la joven más encantadora que se podía encontrar, dueña de una belleza deslumbrante y de unos ojos verdes que hechizaban a quienes los miraban.

Con una figura envidiable y una personalidad alegre y vivaz, lograba que todos desearan su compañía. Positiva y aventurera, amaba la naturaleza y los deportes extremos.

Era hija del prestigioso Pedro Moreno, CEO de Moreno Automotores, una empresa dedicada a la venta y fabricación de autos, donde Abi se desempeñaba como la publicista principal.

Durante años, su padre la había preparado para sucederlo al frente de la empresa, pero ella no deseaba tomar su lugar.

Su pasión era la publicidad, los viajes, los deportes, y no cambiaría su libertad por la pesada carga de dirigir la empresa.

Lo que Abi desconocía era que Moreno Automotores estaba al borde de la quiebra y que un poderoso magnate multimillonario planeaba tomar el control.

Era un día más en la vida de Abi.

Como todas las mañanas, se levantó y tomó el desayuno preparado por María, una de las empleadas principales de la casa.

Luego, se dirigió a la piscina para nadar, encontrándose con su madre, Analia, una mujer aún joven y de una belleza impresionante. Sin embargo, esta vez, los ojos verdes de ella estaban empañados de lágrimas.

—Buenos días, mamá. ¿Por qué lloras? —preguntó Abi, visiblemente preocupada.

—Hola, mi amor. No es nada, no te preocupes —respondió su madre, intentando ocultar su tristeza.

—No puedes decir que no es nada. Eres siempre tan alegre, nunca te he visto llorar. ¿Qué sucede? —Abi, tan parecida a su madre en lo físico y en la personalidad, no podía dejar de preocuparse.

—Abi querida, solo tuve una discusión con tu padre. No debes preocuparte.

—¿Tú peleaste con papá? No lo puedo creer —ella siempre había soñado con un matrimonio como el de sus padres. Se amaban intensamente y, en sus 25 años de vida, jamás los había visto pelearse. Si lo hacían, lo mantenían lejos de su vista, y raramente había visto a su madre llorar.

—Son problemas con la empresa, hija, nada más. Pero no te preocupes. Cuéntame sobre tu viaje a Italia. ¿Cuándo te vas? —Abi había planeado tomarse unos días para visitar Italia, su lugar favorito en el mundo. Sin embargo, no iba a irse sin conocer la naturaleza de los problemas que afectaban a la empresa, especialmente cuando su madre estaba tan afectada.

—Esta noche, mamá, pero no puedo irme así, viéndote llorar y sabiendo que hay problemas en la empresa.

—Hija, son problemas que se pueden solucionar. Sabes que tu padre vive para la empresa; encontrará la manera. Tú vete y disfruta, hace meses que trabajas sin tomarte un respiro. Aún eres joven.

—Iré a hablar con él, mamá, pero por favor, deja de llorar. No puedo verte así —dijo Abi, acercándose a su madre y dándole un beso en la mejilla.

—Eres lo que más amo en esta vida, hija. Pase lo que pase, nunca lo olvides.

—¿Por qué dices eso? —preguntó Abi, sorprendida por la extraña actitud de su madre.

—Olvídalo, hija. No me prestes atención. Debo ir a ver a las mujeres de la iglesia. Estaré bien, no te preocupes por mí —su madre se apresuró a salir, dejándola con la palabra en la boca. Más que nunca, Abi sentía la necesidad de hablar con su padre antes de irse a Italia. No podía dejar las cosas así; no iba a permitir que él hiciera sufrir a su madre. "¿Acaso su padre tendría un amante y Analia acababa de enterarse?", pensó Abi.

Después de una ducha y de ponerse un vestido azul Francia para combatir el calor, se subió a su auto deportivo y se dirigió a la empresa.

Moreno Automotores ocupaba un imponente edificio de varios pisos, una empresa con historia que había comenzado cuando su bisabuelo se inició como vendedor de autos y luego se especializó en la fabricación, convirtiéndola en una de las más importantes y prósperas de España.

Abi bajó del auto y se adentró en el edificio, saludando a los guardias de seguridad, y subió al elevador más cercano, ya que su padre se encontraba en el tercer piso.

Al llegar, se sorprendió al ver a las secretarias inquietas y no dudó en preguntarles. Normalmente muy responsables, ahora estaban murmurando, algo inusual en ellas.

—Hola, Lucía. ¿Cómo estás? ¿Sucede algo? —preguntó Abi. A pesar de ser la hija del dueño, trataba a todos con igualdad, y las secretarias le correspondían con la misma familiaridad.

—Hola, Abi. No vas a creer quién acaba de irse.

—¿Quién? —preguntó, perpleja.

—El guapísimo Lucca Chiaraviglio, dueño de las concesionarias italianas Chiaraviglio — sabía quién era. El empresario más adinerado de Italia, conocido por su despiadada personalidad y falta de compasión por las pequeñas empresas. A pesar de que nunca lo había visto en persona ni en fotos, le resultaba sorprendente que estuviera en Moreno Automotores. "¿Acaso estaría haciendo negocios con mi padre?", se preguntó Abi. Algo extraño ocurría, y estaba a punto de descubrirlo.

—Lucía, ¿está mi padre en su oficina? —La joven era secretaria de Pedro Moreno desde hacía años, siempre era de confianza.

—Sí, Abi. ¿Quieres que te anuncie? —preguntó, notando su preocupación.

—No te preocupes, Lucía. Entraré y lo sorprenderé.

Abi entró en la oficina de su padre, un espacio armonioso lleno de plantas, con un inmenso sofá negro traído de Estados Unidos, un escritorio de algarrobo perfectamente ordenado, y un ventanal que ofrecía una vista magnífica de la calle. Allí estaba su padre, observando pensativo, sin percatarse de su presencia.

—Hola, papá —saludó, algo desconcertada.

—Abi, mi amor, no te escuché entrar —sus padres siempre habían sido muy cariñosos con ella. No podía haber tenido mejores. Sin embargo, notaba que los ojos de Pedro estaban desorbitados, cansados y llenos de angustia, casi al borde de las lágrimas.

—Papá, tienes que explicarme qué pasa. Hoy mamá estaba llorando, ahora tú. Lucca Chiaraviglio acaba de salir de tu oficina. Dime, ¿qué está pasando? —preguntó, profundamente preocupada al ver la angustia en los ojos de su padre, que no podía ocultar.

—Eres tan perceptiva, hija. No quería decírtelo, pero no me dejas otra opción.

—¿Qué sucede, papá? Confía en mí.

—Abi, Moreno Automotores está en la ruina.

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