Capitulo 45: Hay Que Proteger A Nuestros Hijos.

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Los días pasaban y, finalmente, Lucca estaba mejorando y listo para regresar a la empresa. Aunque estaba contento de volver, sentía que su interés ya no era el mismo que antes; ahora deseaba pasar tiempo con su familia y nada más.

Beca y Bella no habían dicho nada desde que se enteraron de que él era su padre. Preferían mantener la relación como tío hasta que estuvieran listas para aceptarlo. No es que no lo quisieran; simplemente amaban más a John.

Abi estaba organizando todos los preparativos para el casamiento. Por primera vez en su vida, se casaría verdaderamente por deseo propio y amaba a Lucca con toda su alma.

Durante el desayuno, Abi decidió contarles a los niños sobre la propuesta de matrimonio y el viaje que harían juntos a las montañas para celebrar una pequeña fiesta familiar.

—Bella, Beca, Marco, queremos decirles que pronto nos vamos a casar —anunció Abi con una sonrisa radiante.

—Nos alegra mucho, mamá —dijo Bella.

—Nos gusta verte feliz, mami —añadió Beca.

—Estoy muy feliz, hijas. Nos iremos de viaje a las montañas, donde Lucca y yo nos conocimos, y allí nos casaremos, solo nosotros.

Después del desayuno, Abi llevó a los niños a la escuela y a Lucca a la empresa, ya que él aún no podía conducir por sí solo. No podía creer que, después de cinco meses, él estuviera casi completamente recuperado. Aunque aún le faltaba rehabilitación, su progreso fue asombroso; su deseo de vivir era enorme.

Al regresar a casa, Abi decidió llamar a John para confesarle que se casaría con Lucca. Sabía que sería un golpe duro para él, pero no podía seguir ocultándoselo.

—Hola, John —saludó con cariño.

—Hola, Abi. ¿Cómo está todo por allá? —preguntó, sorprendido por la llamada.

—Todo bien. Hoy Lucca volvió a la empresa.

—Qué bueno. Eso significa que su recuperación está avanzando rápidamente.

—Sí, gracias a Dios. John, te llamé porque... necesitas saber algo —Abi comenzó a hablar, pero él la interrumpió.

—Van a casarse, ¿verdad? —preguntó resignado.

—Sí, perdóname. Lo siento mucho —exclamó, angustiada y sintiéndose culpable por la tristeza en su voz.

—No tienes que disculparte. Si no lograste amarme en cinco años, nunca lo habrías hecho. Lucca estaba en tu corazón; yo estaba de más. Te quiero, Abi, y quiero tu felicidad. Y esa felicidad no está a mi lado.

—Gracias, John. Eres muy bueno conmigo.

—Te lo mereces, porque eres una persona maravillosa y mereces ser feliz.

—Tú también mereces ser feliz.

—Y lo seré. No te preocupes por eso. También tengo algo que contarte —la tranquilizó, aunque su corazón se rompía en mil pedazos. Tarde o temprano, lo superará.

—¿Sí? —preguntó, intrigada.

—Esta semana lanzaré mi candidatura a la presidencia, junto a Maxwell.

—¡Wow! No puedo creerlo. Sin duda eres la persona indicada. Eres bondadoso, honesto; la gente te adora. Si estuviera en el país, sin duda te votaría.

—Gracias. Sabía que te alegrarías.

—John, hay algo más que debo contarte...

—Dime, Abi —respondió, confuso.

Un Matrimonio Por Conveniencia #PGP2024 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora