𝐃𝐈𝐄𝐙

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⊜ ˢᵗᵃʳᵗ





Los gritos de los chicos eran lo único que se podía escuchar en todo el hotel. Pues días después se habían enterado de la relación oficial de Emma y Matías.

───¡Boluda! ───exclamó Francisco. ───¡Cómo no me decís que ya sos novia de este pibe!

Emma hizo una mueca graciosa. ───Ay Fran, no se. ───soltó una risa. ───Queríamos esperar unos días.

───¿Eso quiere decir que tenemos que darte la charla, Emma? ───preguntó Valentino con clara burla en sus palabras.

Emma negó con la cabeza con cachondeo. Y Matías se ponía algo colorado.

───No, Valen, no hace falta. ───negó Emma.

───Mhm mhm. ───negó también Matías.

Esteban abrazó a Emma por los hombros. Tenía ligera barba rubia que se había tenido que dejar para rodar la peli.

───Ay, ───suspiró dramáticamente. ───la niña se nos hace mayor.

Emma soltó una risa. ───Tengo veintitrés, Kuku.

Esteban se encogió de hombros. ───Sos cómo mi hermanita. ───respondió Esteban recibiendo burlas por parte de los demás. ───Bueno, bueno, cierren ya el orto. ───acabó riendo él también.

Emma sonrió, y Matías bufaba mirando un mensaje que le había llegado.





⊜ ᵖᵃᵘˢᵉ





Pasó alrededor de mes y medio desde que Emma y Matías al fin estaban juntos oficialmente, y no podían estar más contentos.

Las cosas iban la mar de bien entre ellos dos. Cuándo tenían tiempo libre, aprovechaban el momento para estar juntos, cuándo tenían días libres, muchos de esos días salían a comer o a cenar.

Tenían citas.

Claro que seguían recibiendo burlas por parte de sus amigos e incluso del mismo Jota.

Pero todo lo bueno tenía algo malo.

Emma estaba charlando tranquilamente con los demás, pasando la mañana serena, en la sala de estar del hotel. Ella con la espalda en el reposabrazos y sus piernas estiradas en el regazo de Matías, quién de vez en cuánto le hacia caricias en ellas.

Todo estaba bien.

Todo estaba en calma.

Hasta que la puerta se abrió dejando ver a una mujer de pelo corto, con una mirada tensa. Repasó a todas las personas en la estancia hasta que su mirada se posó en la pareja.

Ambos confusos.

───¡Matías! ───exclamó frunciendo el ceño.

Matías, sin poder creer a quién estaba viendo, apartó la piernas de Emma y se levantó con lentitud. Emma los miraba sin entender que estaba pasando.

───¿Malena? ───preguntó con una mueca. ───¿Qué haces acá?

Malena rodó los ojos. ───¿No es obvio? He venido a verte, tontito. ───le pegó en el hombro soltando una sonrisilla engreída.

𝐈𝐍𝐓𝐄𝐑𝐂𝐎𝐍𝐓𝐈𝐍𝐄𝐍𝐓𝐀𝐋 // 𝙢𝙖𝙩𝙞𝙖𝙨 𝙧𝙚𝙘𝙖𝙡𝙩Donde viven las historias. Descúbrelo ahora