𝐃𝐈𝐄𝐂𝐈𝐎𝐂𝐇𝐎

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⊜ ˢᵗᵃʳᵗ






El autocar estaba listo para llevar a los chicos al aeropuerto de Madrid - Barajas. El avión salía a las siete de la mañana y, el vuelo duraba doce horas y treinta minutos justos, para llegar a Buenos Aires.

Allí se quedarían todos hasta finales de Noviembre, principios de Diciembre, cuándo empezaran las grabaciones.

Eran las once de la noche, y estaban todos empezando a cargar las maletas en el autocar. Tenían cuatro horas de trayecto por delante, las cuáles, al viajar de madrugada, pasarían las horas rápidamente, ya que estarían todos durmiendo.

Vestían todos con ropas cómodas; pantalones de chándal, sudaderas y bambas. Si iban a viajar en un total de dieciséis horas, querían estar lo más cómodos posible.

Recogieron todas sus pertenencias del hotel, asegurándose de que no se quedara nada ahí, y a las doce menos cuarto, subieron todos al autocar.

Emma y Matías se sentaron juntos, teniendo delante de ellos a Felipe y a Juan, detrás a Agustín Della y Simón, al lado Valentino y Rafael, en diagonal hacia delante Francisco y Esteban y en diagonal hacia atrás, Rocco y Tomás.

Y a las once y cincuenta y dos, marcharon rumbo al aeropuerto de Madrid - Barajas.


0:06 a.m.


Los chicos estaban emocionados por volver a su continente. Iban hablando de sus cosas con todos, con sonrisas en sus rostros que emanaban pura felicidad.

En cambio Emma, tenía un sentimiento de angustia, pavor y tristeza. Nunca había salido del país y eso le causaba esas emociones.

Matías charlaba animadamente con Valentino y Rafael, mientras que Emma escuchaba Los Aslándticos, cerrando los ojos e intentando relajarse.


0:54 a.m.


Algunos chicos ya yacían dormidos, pero otros cómo Matías, Juan y Felipe, seguían despiertos cómo si se hubieran tomado un tarro de azúcar.

Emma se había dormido con la cabeza contra la ventana, ajena a lo que los chicos estaban hablando.

───Está angustiada. ───decía Matías mirando a la chica.

Juan y Felipe estaban arrodillados en sus asientos, mirando a la pareja.

Felipe hizo una mueca. ───Pero lo amará. ───aseguró con una sonrisa. ───Amará Buenos Aires.

Juan sonrió con cariño mirando a Emma. El cariño que le había cogido era inexplicable. La amaba como si de su propia hermana se tratara.

Matías le colocó un mechón de cabello detrás de la oreja que le tapaba la cara. Sonrió mirándola con amor y le brindó caricias en el dorso de su mano.



02:07 a.m.



El autocar se detuvo en una área de servicio para que el conductor pudiera descansar unos tres cuartos de hora por ley.

Absolutamente todos estaban en sus séptimos sueños, descansando con posiciones incómodas al dormir sentados, pero durmiendo.

Emma se despertó de repente y sin saber en qué mundo vivía. Se frotó los ojos adaptándose a la oscuridad y a la leve iluminación azul del autocar.

𝐈𝐍𝐓𝐄𝐑𝐂𝐎𝐍𝐓𝐈𝐍𝐄𝐍𝐓𝐀𝐋 // 𝙢𝙖𝙩𝙞𝙖𝙨 𝙧𝙚𝙘𝙖𝙡𝙩Donde viven las historias. Descúbrelo ahora