¿Cómo pudiste...? (3/3)

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A la mañana siguiente desperté con un dolor de cabeza que jamás había sentido.
Sin mencionar que eran las 5:00 pm.

Recordé lo que había pasado el día anterior.
Comencé a llorar una vez más.

Fui una estúpida.
Me dejé llevar por la rabia y el dolor.
Perdí a mis amigos y al amor de mi vida, todo en un instante.

Siempre he tenido problemas de autoestima y Lisa lo sabía.
Ella era la única persona que me hacían sentia cómoda en mi propia piel.
Y saber que me engañó es un trago muy amargo.

Ahora...
¿Qué se supone que deba hacer cuando la única persona que me ha amado por lo que soy decidió que no soy suficiente?

Exacto.

Drogarme y olvidar todo...

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Los siguientes días no supe nada de nadie.
Mi teléfono estaba completamente muerto, literalmente.

Pronto se convirtió todo en una rutina.
Despertar, intentar ser productiva y terminar en el suelo junto a una botella de alcohol.

Ya me encontraba en un punto donde ni siquiera tenía lágrimas para llorar.
Solo sentía un vacío enorme.

Sentía que mi corazón se había desaparecido.
Nada importaba.

Ni siquiera yo misma.

No he hablado con nadie estos días.
Ni siquiera mis padres saben lo sucedido.

Seguramente porque, como les dije, mi teléfono murió cuando decidí que era buena idea enojarme con él y lanzarlo contra la pared...

°°°°°°°°°°

Ahora es Martes.
Y este día era diferente.

Decidí que dejaría de ser un desperdicio de oxígeno y haría algo productivo.
Ya he luchado contra la depresión antes y me prometí a mi misma que no dejaría que me volviera a dominar.

Me vestí con algo básico y conduje hacia la tienda de donas más cercana, comprando mis cosas favoritas.
Me senté en la ventana mientras disfrutaba mi café y mi dona, observando hacia afuera.

¿Soy yo o las parejas se multiplican cuando tu relación termina?

Terminé de comer y arrojé la basura en su lugar, me puse mis audífonos y salí a caminar.
Estaba buscando algo para atarme el cabello cuando, ¡Boom!

Lo siento, no vi por donde caminaba... —Me disculpé.

¿T/n? —Esas voces... son las chicas.

H-hola... —Me quedé mirando el suelo.

Han pasado días

Si... —Asentí sin mirar a Rosie, quien había hablado. —B-bueno, debo irme

¡Espera! —Jennie fue quien me siguió. —¿C-cómo estás? He estado-- Digo, hemos estado preocupadas y no contestas los mensajes

Genuinamente sonreí.
Sentí como un calorcito agradable dentro de mi.

Poco a poco lo supero... —No pude contener las lágrimas que comenzaron a llenar mis ojos.

Asintió y se acercó un poco a mi.
No pude aguantar y la abracé con fuerza.
Ella me devolvió el abrazo y luego se fue hacia las chicas.

Caminaba por el estacionamiento y vi un auto que se me hizo familiar.
Recordé los momentos que pasé con Lisa en su camioneta y no pude evitar sonreír.

Imagina Con LisaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora