Caricias

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No pude evitar sonreír al sentir un último beso de Lisa en mi cuello.
Sentí su aliento chocar contra mi desnuda piel y un suspiro escapó de mis labios.

Eso fue... —Hice una pausa regulando mi respiración. —Increíble, Lalisa —Sentí como escondió su rostro en mi cuello.

La abracé con fuerza dando suaves caricias en su espalda.
Ella estaba recostada sobre mi cuerpo.

Lo fue... —Respiró mi aroma con una sonrisa.

Pude sentir su corazón latiendo contra mi.
Iba más rápido de lo normal.
Recién terminábamos un momento de intimidad, así que aun estamos agitadas.

Te he extrañado mucho —Levantó su rostro y chocamos miradas.

Y yo a ti, Lili —Tomé su rostro y le di un beso. —Estoy muy feliz de que podamos pasar esta noche juntas

Yo igual... —Murmuró acariciando cada centímetro de mi piel.

Cerré mis ojos sintiendo el agotamiento apoderarse poco a poco de mi cuerpo.
Pasamos juntas un par de horas en esta cama y mi cuerpo comienza a sentirlo.

Ha pasado un poco más de una semana desde la última vez que vi a Lisa.
Su trabajo la ha tenido más que ocupada, así que cuando la besé al entrar a casa, ella no se pudo separar.

Estoy enamorada de ella, tanto como ella lo está de mi.
Y estas últimas horas que pasamos en los brazos de la otra, hizo que nuestra conexión y nuestro amor aumentaran.
Sin embargo...

Ella quería más.

Quería pasar la noche acariciando y besando.
Pero yo ya me sentía cansada y ella lo comprendió al instante.

Por mucho que quiero continuar sobre ti, sé que estás cansada —Besó mi rostro. —Así que déjame abrazarte para que te sientas más cómoda, ¿te parece bien?

Esa idea me encanta —Rápidamente me acomodé entre sus brazos.

Sus manos rodearon mi cintura y sus labios chocaron con mi cuello.

Me gusta tenerte así —Murmuró. —Es como si fueras pequeñita y te tengo enre mis brazos —Sonrió. —Te amo tanto

Yo te amo a ti y a la forma en que me das haces sentir cuando estamos así y me acaricias —Acaricié sus manos. —Por favor, no me sueltes, nunca

Ante esas palabras, sentí como su agarre aumentaba en mi cintura.
Pronto comencé a quedarme dormida y ella soltó una risita al notarlo.

¿Tan rápido te estás durmiendo?

Si~ —Murmuré. —Pasamos más de horas haciéndolo, Lalisa. ¿Qué esperas? No sé cómo no te cansas de moverte tanto

Ella soltó una risa ante aquello.
Yo no pude evitar sonreír.

Te amo, Lili~ —Murmuré.

Te amo más, mi amor —Besaba su rostro. —Aquí estaré mientras descansas, no te dejaré ir

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