Cap.12 ~ Secreto

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Sin darme cuenta, después de todo lo ocurrido, ya llevaba un mes en París. Las cosas no habían cambiado demasiado en la última semana.

Mi amigo o amiga por correspondencia me visitaba la mayoría de noches, dejándome solamente cartas las cuales siempre me hacían sonreír. Según él o ella, yo roncaba tanto que siempre tenía miedo de entrar pensando que había un villano medio camión en la habitación. Yo le devolvía la bromita diciéndole que le iba a denunciar por allanamiento de morada y acoso.

Luka y yo no quedamos más en persona pero hablábamos todos los días por mensaje, a todas horas. Cada vez tenía más confianza con él y poco a poco podía abrirme más y ser como en verdad era. Me decía que le gustaba más mi personalidad cuando estaba contenta, yo le llamaba cursi. Luego cuando yo le hablaba sobre una canción romántica que me gustaba, el me llamaba cursi a mí. Así todo el rato. No negaré que más de una vez me reí a carcajadas leyendo sus mensajes. Aunque había días en los que no me sentía de humor como para hacer bromas y Luka lo notaba enseguida, cosa que agradecía por una parte, pero por otra parte no, ya que yo también lo notaba mas desanimado, por mi culpa, como no.

El colegio me había pegado unas cuantas palizas durante la semana de exámenes haciéndome pensar mas en la mierda de vida que tenía recordándome como era todo antes. Al menos hoy había acabado por fin la época de exámenes a si que podía relajarme, más o menos. Un día hasta conseguí quedar con las chicas para dar una vuelta, aunque les costó convencerme.

Y ahora mi primo y yo estábamos discutiendo en mi habitación por la misma razón que habíamos discutido hace dos días y que terminó conmigo encerrada en mi habitación sin salir hasta el día de ayer, pero solo porque estaba obligada a ir al colegio.

—¿Es que no lo entiendes? Yo ya soy lo bastante mayorcita para saber lo que tengo que hacer. No necesito que alguien me venga por detrás dirigiendo mi vida —Adrien suspiró. Era la cuarta vez que discutimos por esto y los dos estábamos hartos, pero Adrien no se iba a dar por vencido tan fácilmente y yo lo sabía.

—Solo digo que está muy preocupado por ti y que deberías contárselo —dijo Adrien intentando mirarme ya que yo estaba evitando su mirada a toda costa.

—Si se lo digo se va a preocupar aún más y no necesita eso. Además, Luka y yo estamos bien así como estamos. No necesito que mis problemas arruinen nuestra relación.

—No va a arruinar nada. Luka solo quiere asegurarse de que estas bien, pero si tú no le dices que pasa no va a dejar de preocuparse.

—¿Pero qué, habláis todo él rato sobre mi? —Ya estaba enfadada.

—No, pero de alguna manera Luka siempre logra colarte en la conversación —Sonrió y yo sabía perfectamente lo que mi primo estaba insinuando lo que me puso aún más furiosa—. Mira, yo creo que lo que necesitas es contárselo a alguien.

—Ya lo sabes tú, y no necesito que nadie más lo sepa.

—Si lo que quieres es no decírselo a Luka, puedes contárselo a alguna de las chicas, como a Marinette por ejemplo —Me puse pálida.

—¡Mierda! —exclamé mientras me acercaba al reloj que tenía en la mesilla.

—¿Qué te pasa ahora?

—Había quedado con las chicas, y se me ha olvidado por completo. Fuera de aquí, ya.

—Recuerda lo que hemos hablado —dijo Adrien mientras se acercaba a la puerta.

—Que sí...—Cerré la puerta de un portazo.

Me preparé lo más rápido posible. Me lavé los dientes y me peine un poco los pelos de loca que llevaba. Me puse lo primero que encontré en el armario sin importarme si conjuntaba o no. Cogí las llaves y el teléfono movil. Me despedí de Adrien que esperaba a Nathalie en la entrada, seguramente para irse a una de esas cien cosas a las que iba obligado por mi tío. Anduve lo más rápido que pude hacía donde supuse que estaban. En el camino mi móvil empezó a sonar y vibrar en mi bolsillo. Sin parar de andar miré la pantalla. Era Alya.

El azul de sus ojos - Luka Couffaine x LectoraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora